SUEÑO

viernes, 27 de noviembre de 2015

Tengo que escribir esto antes de perderlo.

Ya siento como se va ahogando en mi memoria a largo plazo y me es difìcil vislumbrar...




Era una obra de teatro, un sueño, databa de personas, en su mayorìa masculinos, que pasaban uno tras otro y decìan cosas. Un tinte Neonazzista (z, doble z, s ?) liberal a los gritos claros. La obra se veìa de frente, o de costado, pero yo estaba en ángulo, junto con gente, parado en una de las gradas que similaban bambalinas pero no lo eran. Esta gente formaba (formábamos? aunque no lo recuerdo, creo que no) parte del equipo directivo del mencionado show, pero no los conocía.
En determinado momento empieza a correr una canción a capella, desde la izquierda (yo en el último lugar de la derecha) y todos cantaban una parte, desde las gradas por supuesto. Uno cantaba, miraba al siguiente, este siguiente cantaba, miraba al otro, y así. Yo dije, a mí no me van a mirar, CLARO, cómo me van a mirar si yo no formo parte de esta obra, ni del team productivo. Y entonces la ví...
La venía mirando, como si fuese la segunda obra de teatro que se desarrollaba en el lugar. Pelo castaño claro, medio rubio, medio cobre, medio marrón, no se, los sueños son así. Tes blanca no tan blanca un poco clara, algo brillante. Menuda, altura justa, metro sesenta medido con abrazo, con la boca a la altura de mi pera pero 4 centímetros mas abajo. No puedo recordar el color de ojos, se que no eran celestes, aunque otra vez no esté muy seguro. Se sigue yendo el recuerdo pero vuelve.

Le tocó a ella, Cantó hermoso pero no tanto, y al terminar, ME MIRO. Si, la muy conchuda me miró. Habíamos compartido algún que otro chiste en conjunto durante el desarrollo de la obra ,y esas risas donde miras al resto a ver si no sos el único forro que piensa que fue gracioso, esperando que te devuelvan una risa que afirme tu buen gusto (o malo) en el humor que se desata.

me miró y tuve que cantar, por supuesto, a lo que tiré afinando dos estrofas. La primera era algo como " :- yo no se de que me hablan, no pertenezco a esta obra" y la segunda un la lala lalala para que de la métrica y el ritmo del tema ". Ella estalló en risas, y yo me enamoré.

La había Amado toda la vida, pero estaba seguro de que era la primera vez que nos veíamos, una vez más, así son los sueños.

Salimos de la obra, se despidió de su amiga.

Horas antes esa tarde, aunque ya era de noche, venía manejando desde Crossfit Tropa, (lo pongo así porque estaba muy claro que venía de ahí y es una de las cosas que mas pegadas hay en el sueño, mas arraigadas si se quiere, y me sirve como ancla a la memoria para no perder el resto del relato), y de pronto mi auto se apaga, quedando en el medio de la calle. Al instante mi pensamiento avanzado ya en mecánica (por el sueño), determina sin tocar nada que era una falla en la batería, y lo estaciono mágicamente en la vereda, para decidir ir a buscarlo al otro día porque ya era tarde para andar llamando a la grúa. La cuestión es que no se como llegué a la obra de teatro bañado y cambiado (dicho sea de paso era en una suerte de centro cultural Konex) pero tampoco sabía como volverme.


Le dije a ella, (que no se como se llama), tengo el auto parado en la vereda, pero recontra lejos y no tiene batería. (otra ancla a la memoria).

No me acuerdo como fue el primer beso que le dí, pero sabía que no era el primero. Ella tenía una forma rara de tocarme el pelo y había algo extraño en su forma de besar que me desarmaba a la mitad. Como nos besamos. Que paz interior, y que desacato a la autoridad.
Abrazados le pregunté si no quería venir a casa, porque estaba por llover (o ya llovía?) y me dijo que si, sonriendo, pero esa sonrisa de humor, de gracia, ella era muy graciosa, preciosa, una hermosura, y se que la tengo que conocer. Se que tiene un aire muy cercano a Pame Rodriguez, esta chica del instituto , no se por qué me hace acordar a ella. Claramente no es, pero otra ancla a la memoria que sirve para recordarla.
Es extraño, no es mi tipo de chica.
Caminando hacia mi casa se largó a llover. Me desperté en mi cama, con la luz prendida, la ventana abierta, con una lluvia tan fuerte que parecía que se iba a caer el techo, a las 4 y 20 am y dije para mis adentros: La puta madre, la perdí.