Dormir o Despertar

martes, 23 de agosto de 2016

Un sueño que te acuerdes...



Nunca supe que fue un sueño a decir verdad, hasta que desperté de aquel recuerdo, que en realidad nunca existió en otro lugar que no fuese mi cabeza.
Me gusta la idea de pensar que tal vez en ese momento yo estaba en otro plano, y por algunos minutos u horas (el tiempo es tirano en los sueños)  viví otra realidad.

Depende quien pregunte es la profundidad o la superficialidad de la respuesta.




Como cuando uno abre los ojos un domingo y al primer segundo su cuerpo sabe que gestó un buen descanso, nos pesa liviano el cuerpo y sentimos ese sueño remanente a.k.a Fiaca en el lunfardo, desperté. Del verbo despertar en el sueño y no de despertar en realidad. Despertar de nacer de nuevo en el sueño que estoy soñando.

Por el clima y el sol estimo que eran las 10:30 am. Una cama blanca medio desecha, aún calentita y con una temperatura ambiente más que agradable. Tan agradable que podía estar unos minutos en la cama sin empezar a tener calor, o levantarme y merodear por la habitación sin tener que abrigarme por el frío. Yo, acostado, casi en la totalidad del lado izquierdo de la cama si se la miraba entrando al cuarto. Para ponerlos en actas de la arquitectura: en un cuadrado visto  de arriba, la esquina derecha inferior , sobre la cara base (piso) sería en dónde estaba ubicada la puerta de entrada. apenas uno entraba al ambiente. si miraba hacia la izquierda, centrada en la pared estaba la cama, grande, blanca. En frente de la puerta y casi abarcando un 60% de la pared que le subsigue a la de la cama había una ventana. Marcos blancos, no nuevos pero tampoco muy viejos. Mas bien blanco gastado, cortinas blancas. vidrios tipo campo, de esos empotrados en dos puertas que se abren con un pestillo.

Si uno estaba acostado y miraba hacia sus pies, podía ver contra la pared un mueble viejo, También blanco gastado, con algunas chucherías a la que lamentablemente el sueño no me llevó a prestarles atención. De esos adornos y cositas uno podría haber sacado información del lugar.
Recuerdo alguna que otra pulsera, en fin...

El sol que entraba por la ventana hacía bailar las cortinas suavemente conjuntas al viento.
Casí como que uno podía sentir el olor de la luz cuando esta pegaba en la cara, muy suavemente.
Aromas a flores y jazmin también se mezclaban en el lugar pero también suaves, sin atosigar el olor particular que tiene una mañana de noviembre dentro de una habitación. Ese olor a calor y buen dormir, a domingo, a café.

La palabra quizás mejor posicionada en este momento del ensayo sería paz, muy cliché, pero el sueño me transmitió paz. No existían mis futuros ni mi pasado, y digo futuros en plural, porque como se sabe, soy una persona que vive ramificando situaciones en su cabeza y evaluando posibles maneras de actuar ante cada una de las probabilidades previstas con anterioridad. Esta manía me hace mas efectivo a la hora de resolver problemas pero menos productivo a la hora de intentar calmar esta cabeza que no para de pensar.

Paz absoluta, presente. Sinónimos.
Para alguien como yo, vivir el presente es sinónimo de estar tranquilo. Porque me conozco y se lo que es recurrir todo el tiempo al pasado de maneras correctas y no correctas. Ni hablar del futuro, estadístico, no equiprobable...a veces pienso que la ilusión del futuro es algo para tenernos ocupados a los ansiosos como nosotros que no sabemos vivir el ahora porque siempre estamos pensando en lo que viene y cómo afrontarlo.

Pero atención, vivo el presente, todos lo hacemos. Cuando vemos una nube y nos quedamos anonadados por su belleza. Cuando cantamos una canción, cuando hacemos lo que nos gusta, Cuando nos perdemos en los ojos de alguien y en ese momento nuestro pasado es su sonrisa y nuestro futuro son sus labios, inmediatos inmersos en los nuestros, aniquilando todo rastro de pensamiento cuerdo, llevándonos felizmente a la locura de la ilusión del presente.

La paz de esa habitación, de ese lugar. Era todo un misterio resuelto. Estoy tan seguro que en esa casa se encontraban la verdad universal, las respuestas a todas las preguntas..pero no tuve ganas de levantarme de la cama, era muy pronto para saberlo.

A veces la cabeza y la mente se alinean para que el cuerpo trascienda al alma. Sin buscarlo ni desearlo, nos vamos a otro plano. No lo podemos elegir por supuesto (por ahora), pero ahí estamos, conscientes de esa realidad alternativa que nos tranquiliza. Quien sabe si uno al ver por la ventana descubre que la tierra es cuadrada, o que tenemos siete lunas..pero a los fines literarios de este escrito, eso ya no nos es relevante, mas sí la facultad de transpolar estas realidades alternativas que viven todas en una, pero son todas diferentes.
Sin querer, repito, sin querer, uno las ve en los sueños, porque el universo es sabio y entiende cuando es necesario que el alma de una ojeada para no colapsar.

No hay otra explicación ocurrente a este momento para discernir porque tengo este sueño tan grabado en la mente. Lo que si, y perdón de antemano, no les estoy contando todo...



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