Revolver

lunes, 10 de julio de 2017

Otra vez.



De nuevo esta angustia que lo llena de impotencia, lo ata a la silla de su escritorio donde permanece inmóvil viendo como sucede todo delante de él.
Lo ve caminar de un lado al otro de la planta con las ganas avasalladas de romperle la columna en mil pedazos, de matarlo, revivirlo y volverlo a matar, de asesinar y sentirse libre. Pero no.

Cuando lo veas venir, escribí, me dijo, y me quedó tan grabado.

Se me hace una suerte de agujero negro tamaño universo que me revuelve la comida, me revuelve las ganas de estar bien, y veo, veo como una mancha negra sale de ese agujero y toma posesión de mis venas, recorre mi sistema nervioso y llega a mi corazón, donde el primer bombeo me hace latir tan fuerte que siento un temblar todo, hasta los ojos. Me empiezo a transformar internamente en una jaula de la cual no hay que dejarlo salir, NO VAS A SALIR, le digo y sigue peleando para tomar posesión sobre mí, sobre esta situación y sobre este escrito. Pero no, hoy soy mas fuerte y hago fuerza para reprimirlo una vez mas y entender si mis ganas de matar son contra la persona que las genera, o si son ganas por ser, que existen por existir, sin importar con quien uno las canaliza.

Me hace mal, me agarra acidez, me cae mal el almuerzo cuando lo veo llegar, y tengo ganas de matarlo tan fuerte que no existe descripción literaria que asimile un tercio de la necesidad de verlo sangrar y de sentir como esa sangre salpica mi ropa mientras lo rompo, y en cada quiebre con él vivo se escuchan sus gritos, y en cada grito arrepentimiento de haber sido tan mierda con todo el mundo, de haber faltado tantos respetos. Porque antes de morir hay que redimirse y pagar los dolores en vida. Porque no hay nada mas lindo que la justicia.

Que ganas de matarte que tengo, hijo de mil puta.

0 Yes,tell me :