29 y 30

martes, 19 de septiembre de 2017

Todavía estoy entrando en confianza con Europa.

Ayer sábado llegué a las 17hs al hotel. Bajé del avión, aduana, migraciones, literal 15 minutos para sacar el boleto del tren que me iba a traer hasta la haupbanhof (estación principal de trenes), me bajé, con la mochila grande, el buzo y la mochila chica adelante, salí del retiro primermundista y dije para mis adentros...y ahora? no tenía internet en el teléfono, no podía comunicarme con el cachorro, no sabía si estaba bien, si había llegado, si me estaba esperando, si le había pasado algo. Solo sabía que el hotel estaba a tres cuadras de la estación y con un mapa ancestral impreso antes de salir de mi casa, llegué, hice la filita, check in y el tipo me dice Ah señor LoUpez, recién estuvo su hermanou por aquí, hace una houra. No saben como volví a nacer, EN SERIO ?? ESTA ACA??, perdón, really, he es here? , i don't know if he left the room me dijo, de todas maneras me dejó tranquilo. Cuando agarré las mochilas y me dispuse a subir, escuche un silvido característico Argento López y cual perro buscando a su dueño miré rápido hacia todos lados y ahí estaba, sentado en un sillón, pierna cruzada, brazos anchos, se paró y vino hacia mí, no lo dejé llegar y nos fundimos en un abrazo único, mi cachorro estaba conmigo !!

Me pegué un baño y salimos a caminar por Frankfurt, cenamos tipo 7 de la tarde, chusmeamos un poco mas, volvimos al hotel y a descansar, había sido largo el viaje.

Hoy arrancamos temprano, antes de las 8 am estabamos ya desayunando. Terminamos, salimos a comprarme un chip, recorrer un poco, le metimos pata por varios puntos lindos de la ciudad, caminamos la orilla del meno del lado de los museos. El cachorro había dejado lavando ropa así que no podíamos alejarnos mucho del hotel. Al mediodía ya solucionado lo de la lavandería encaramos para el casco histórico de Frankfurt, almorzamos unas hamburguesas ahí, geniales! y después subimos a la punta del Dormer, una iglesia de la concha de su madre. Del domer fuimos a tomar un café a orillas del río y de ahí a la main tower, uno de los lugares mas altos de frankfurt, por no decir EL MAS ALTO. De ahí nos volvimos al meno a meter birrita y pretzel para volver luego al hotel, pegar un buen baño reparador y encarar ya los planes de la cena. Fue a los pies de una torre que no me acuerdo el nombre y ahí nomás al que según dicen es el mejor barcito del lugar, me tomé un whiskey, single malt 16 años. El cachorro cuba libre y birra. Terminó la noche y volvimos caminando unas largas cuadras hasta el hotel donde ahora estoy escribiendo estas palabras para no olvidar los detalles del viaje, de verlo feliz al wachín y de estar tranquilo.

Me inquieta un poco la idea de qué va a pasar cuando él no esté, cuando van a faltar varios días para ver una cara conocida, con todo este tiempo sin poder compartirlo. No nos adelantemos, tiempo al tiempo. Por ahora sigo entrando en confianza con Europa.

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