El Fútbol

martes, 8 de octubre de 2024


De chico soñaba con meter el gol que defina el partido.

Fantaseaba con preguntarle, a la chica que me gustaba, si quería ser mi novia en el recreo y que me diga que Si.

Me dolía que me elijan útlimo cuando se armaban los equipos,

también me molestaba verla pasear de la mano con el mas canchero de la escuela.

Cada tanto intercedía la pelota, con tanta suerte, que cuatro o cinco jugadas después terminaba entrando al arco.

A veces la encontraba sola en el kiosko y hablábamos hasta que sus amigas aparecían, y ella se iba para que no la vieran conmigo.

En casa intentaba hacer jueguitos y nunca pude lograr mas de tres seguidos.

Habré escrito más de cien poemas con su nombre, y jamás tuve la chanche de leerle ni uno.

Lo más cerca de la gloria que estuve, fue cuando ganamos el campeonato y salí en la misma foto en la que la copa se encontraba.

El día que el más lindo la lastimó, yo estuve ahí escuchando su llanto, dejando que sus lágrimas abracen cada rincón de mi cuerpo. 

Cada tanto mi mejor amigo me acomodaba en su equipo, él si era bueno, con las piernas y con las mujeres.

Yo no dejaba de ganar concursos literarios, pero me quedaba en la punta de la lengua su nombre al dedicar las escrituras. 

Para jugar bien al fútbol tenés que meter el cuerpo sin miedo, me decían.

Un día la traté sin el romanticismo que me envolvía, con desgano, y le gustó.

Empecé a mejorar y ya no me elegían último, era un buen defensor.

Ella me buscaba entre clases para compartir un jugo y charlar de cosas que se hablan a esa edad.

Entrenábamos después de educación física una hora más de fútbol estricto, me volví reamente bueno.

Me invitaba a su casa algunas tardes, a hacer tarea, merendar y escuchar música. La tensión era inevitable.

Un día armaron la lista de candidatos para el campeonato interescolar, solo entraban los mejores al equipo..y no entré.
El sueño hecho pedazos como cuando la vi aquella tarde en la plaza, a los besos con el que hacía unos meses le había roto el corazón.

Después de tanto esfuerzo, no se pudo. Por qué ?

Entendí entonces, algunas cuestiones básicas de mi vida.


Hoy no me gusta el fútbol. 

Recordatorios para leer cuando la extrañes

sábado, 10 de agosto de 2024

 "No vengas en dos meses a decirme que me extrañas"

Así sonaron sus palabras secas, que tienen toda la razón del universo.



Por qué tomamos esta decisión? qué es lo primero que se siente cuando das el paso de decirle a una persona que querés, que su camino y el tuyo no van para el mismo lado en este momento.

Qué haces cuando la honestidad desemboca en una separación?

Sos honesto? o empezás a mentir?

En el momento en el que tus sentimientos abandonaron el cuerpo por la boca, se acomodó eso que hacía un mes estaba trabado, dado vuelta. Ser genuino a lo que uno siente SIEMPRE va a ser mejor que mentir.

Cuanto mas se quiere a la otra persona, mas cuesta a veces, decir la verdad (si es que esta verdad duele); pero creo también, que no hay acto de amor mas grande que salvaguardar el tiempo del otro.

Tanto amor para dar.

Tanto flamenco, y yo sin guitarra pa cantarte.



Cuando la extrañes no se lo digas, extrañala en silencio, porque nadie vuelve del camino que no tiene retorno diciendo haberlo recorrido como es debido.

Cuando la extrañes, no lo escribas en donde ella pueda leerlo, si era su deseo el que no te permitía existir en paz con tus demonios.

Cuando la extrañes, perdonala. Que te juzguen como quieran, vos siempre fuiste honesto.


No se puede vivir así, apagado y enojado para que el otro sea feliz.

No se puede Facundo.

Duele estar solo? si, claro que duele, es una daga en el pecho...pero por lo menos no lastimamos a nadie.

El fuego arde, y solo no se transforma en incendio. Al mal le gusta dejar marca, y tu ira le gustan los escombros.

Cuando la extrañes acordate porque es que tomamos esta decisión.

Qué digo cuando la extrañes como si hablara del futuro; si la extrañabas incluso antes de que se vaya...si es de esos amores que lejos no hacen bien, pero cerca te incineran.


Tanto amor, tanto flamenco.


Fui honesto

Le dije lo que sentía, fui sincero.

No puedo mentirle a ella.


Me dijo que hasta acá llegaba, no puede dar más de lo que dio, en estos términos ella no se puede quedar.


Yo me siento liviano. 

Siento que todo el dolor que tenía en el cuerpo se fue de golpe, porque pude ser honesto con lo que siento.

Ahora hay espacio para otro dolor, el de no tenerla más en mi vida; pero con esos dolores si puedo existir.


Necesito ordenarme

miércoles, 31 de julio de 2024

 Necesito escribir acá esto que en verdad es para vos, o para mí.

Te me metiste hasta en las balas. Toda mi existencia está atravesada por tu ser, y me molesta.

No se que tan poético puedo ser cuando escribo desde la verborragia del sentimiento vivo, crudo; pero es que así sucede y si no lo pongo en un papel, me va a pesar cada vez mas en el cuerpo.


A medida que tipeo siento como el nudo que tengo en el pecho afloja, y se abre un espacio para que podamos, entre nosotros, conversar lo que nos está pasando.

Cómo encontrarte si estoy tan perdido? 

Tal vez el ensayo deba llamarse : La vida con vos, la vida sin vos.

Y es que ahora te tengo, tan cerca, y me duele no saber qué hacer con todo eso. Como el sol, que de lejos da vida, y a metros te quema.

Me está doliendo no encontrar un lugar cómodo para todo este amor que siento por vos. Me molesta poder vivir toda la vida en un gris en donde no sos mía, sino del viento. Donde nos elegimos en la libertad del ser.

No estoy cómodo, todo mi cuerpo se resiste a que te quedes para siempre, porque no se estar, no sabemos estar, no se cómo hacerte feliz, cómo cuidarte, cómo quererte bien. No lo se, lo estoy descubriendo, pero cada paso que doy en la dirección del amor me retuerce el corazón.

Se supone que todo encaja cuando estás con la persona que querés, y yo a vos te quiero, me encanta estar con vos, me encanta verte sonreír, me apasiona hacerte el amor (o una variación sexual aproximada de eso). Me calma tu perfume, me resucita escucharte hablar...pero me gusta estar solo.

En mi soledad me ordeno, me trabajo, me alineo, porque en verdad nunca estoy solo.

Mi mente es un lugar, que si bien entiendo es herramental y controlada por mi espíritu, no deja de ser amplio. Habitado por entidades mías, disociaciones de mi ser, todas con mi nombre, y no todas te quieren.

Algunas me empujan con los límites de la libertad, otras con la sensación de dependencia que se genera cuando queremos demasiado, otras con el dolor que supone perder aquello que se ama, y a algunas otras directamente no les importa. Mientras yo negocio con todos ellos y con mi cuerpo, estoy anclado a sentimientos viejos que me aterran.

Ninguno de los dos tiene la culpa de lo que al otro le pasó, ni yo tengo la culpa de lo mal que te trataron, ni vos tenes la culpa de que yo no sepa quererte bien.

Y es que no lo se. Todo este tiempo estuve tratando de averiguarlo; hace un mes que ante la fricción de no verte nunca más, me dije a mí mismo: Si queremos seguir estando con ella, tenemos que aprender a quererla como corresponde, a decirle lo que sentimos y a lograr que ella se sienta protegida y querida.
No estoy pudiendo. Estoy perdido.
En el afán de querer encontrar una respuesta me doy cuenta de que puede ser que no tenga ganas de que mi vida ya no dependa de mí y dependa también de otro ser vivo.

Puede ser que no tenga ganas de dejarte entrar, aunque quiera estar con vos para siempre.
Me habita la dualidad de saber que necesito que estés en mi vida y al mismo tiempo tener que modificar mi ser para que encajes.  Porque el modo en el que nosotros nos queríamos, a vos ya no te sirve y está bien que así sea. A mí no me sirve el modo en el que nos queremos ahora, y lo peor es que no se por qué.

Tengo algunos indicios vagos, básicos, elementales, de la pulsión del deseo por la negación del mismo.
En el gris de estar juntos sin un compromiso, no tenía ganas de habitar otro cuerpo que no sea el tuyo, y no recuerdo cuando fue que empecé a sentir esa paz de querer estar solo con vos.
En cuanto nos comprometimos a estar con el otro, toda esa paz hizo un ruido tan grande, que ahora cada vez que abro los ojos, tengo que ponerle la cadena a una parte mía que necesita descubrir que hay detrás de todas las mujeres que veo. Y me asusta, me asusta ese ser que ya no soy, que fui hace muchos años, desbocado, acéfalo de sentimientos. Yo no soy así.
Y caigo en un ciclo infinito que va hacia el fondo, donde para hacerte bien necesito poder decidir sin que estemos agarrados de la mano. Y si me soltas me calmo y vuelvo a vos, pudiendo elegir vuelvo a vos cada vez; y cuando estoy con vos, me pasa todo lo escrito en estos versos. 

Otra de las cosas que no puedo sacarme de la mente es como negociar con mi soledad necesaria.
Cómo te explico que sos una de las personas con las que me quiero morir y a la vez necesito tal vez no verte por una cantidad indeterminada de tiempo? porque me estoy resolviendo y no quiero que formes parte de ese proceso.

Como aquel día, donde yo, cruzado y cegado por la ira, te alejé de mí. 

No porque fuese a hacerte daño, sino porque me quería hacer daño a mí mismo, y necesito lastimarme solo. No te quiero arrastrar a un infierno que no es tuyo, que arde dentro mío desde hace muchos años, mucho antes de que existieras en mi vida, y ahí va a seguir estando.

Parte de lo que me persigue todas las horas es que, ahora que estás adentro del círculo mas chico de mi vida, necesito entender como hacer para que no te quemes con este fuego que a mí me incinera. Que nunca dejó de arder, pero empezó a aflorar cuando alguien , vos, vino a querer apagarlo.

Vos de alguna forma viniste a enseñarme a querer, y el fuego que me da fuerza está arraigado a que el amor duele. Apagar ese fuego es matar la parte de mi mente que me hace hacer las cosas que me acercan a la muerte.  Ese fuego que me enoja es el mismo que anula el miedo en mi vida. Esa furia que habita en mí, y que me habitó durante muchos años, estaba controlada porque nunca nadie estuvo tan adentro como vos, como para pasar por la puerta del lugar donde arde un día y decir: a ver qué hay acá? y en cuanto abriste entró el oxígeno y el fuego se hizo incendio.

Necesito que este amor encaje, que no te vayas de mi vida, pero no puedo tenerte peleando esto conmigo si en el fondo lo que yo quiero es estar solo. Con vos en mi vida, pero solo. Existe esa ambigüedad? es posible esa lógica?
Me veo escribiendo esto y no lo entiendo. Si me haces tan bien, y me odio, y me enojo, porque no entiendo que me pasa, y me da mas broca, me agustio y lloro, sobre las teclas que le están dando vida a esta confesión.

No se que me pasa, no me entiendo, y si no me entiendo no funciono.

Vos merecés una mejor respuesta que : no se que me pasa, perdón.
Paso día y noche intentando resolverme y no puedo, ya no se qué hacer. 

Y todos estos pensamientos intrusivos se callan cuando estamos juntos un rato, por mas de que a veces no tengamos de que hablar, o sienta que por tener piel y cariño forzamos un poco las piezas del rompecabezas para que entren donde no van, total el dibujo se ve bien desde lejos. 

Yo se que te puedo querer bien, pero si no estoy bien yo, no puedo estar bien con los demás...y no estoy bien.
Le sigo dando vueltas a este ensayo que no termina, porque no me quiero sentar con vos a decirte que no te quiero hacer perder el tiempo, me rehuso histéricamente a que no formes más parte de mi vida; pero así cerca, en este nuevo contrato que armamos, se me están yendo todos los sentimientos de las manos y no lo puedo controlar. Yo quiero estar con vos, pero todo mi cuerpo no me deja.

Y otra vez me quedo sin final para estos versos...

Qué hacemos? porque yo solo no puedo tomar decisiones con dolor. 

Viernes 26 de abril - Luna en Escorpio

viernes, 26 de abril de 2024

 Llueve, aunque parece que el sol asoma muy de fondo, detrás del gris y las nubes.

El agua se achispa un poco más sobre mi balcón. Por momentos baila, cae suave, acelera y vuelve a bailar.



Quiero tomarme unos minutos para entrar en trance conmigo mismo, conectarme con el pasado y volver a abrir los ojos. Esta parte siempre me cuesta, porque bajo de peso, pierdo fuerza, me olvido de algunas cosas. Vuelvo a ese que era, a esos vientos. El clima era otro, y no hablo del día puntual, sino de la temperatura general del mundo. Hacía un poco más de calor en los veranos, y más frío en los inviernos.
En aquella época la calle tenía otro ritmo, las hojas de los árboles caían de otra manera, como si la trazada del aire se hubiese modificado con los años.

26 de Abril, del 2013.


Si yo supiese cuantas veces voy a hablar sobre este día en el futuro. Lo viviría con más atención. Pero ha venido a mí una suerte de magia mística.
Mientras respondía unos mails en la oficina sentí una energía particular, dentro mío, arriba de estómago, abajo del esternón. En ese lugar donde se ubica la angustia, detecté un movimiento y me apagué. Instantáneamente me desmayé en la silla de mi escritorio, de esa empresa en la calle San Lorenzo.
Mis 65Kg de peso corporal tambalearon hacia adelante, y con lo último que me quedaba pude tirarme hacia el respaldo, donde quedé rendido, pálido, apagado.

A los pocos segundos volví, bajé, fui al baño a lavarme la cara y me volví a sentar en mi escritorio. Sabía algo nuevo.

Es difícil de explicar, mucho más con palabras. Me vi a mí mismo.

No del verbo del espejo, sino a mí, otro ser. Mi yo del futuro. 

Sin hablarnos entendimos los dos que habitábamos una singularidad del espacio tiempo, donde todo ya había sucedido. La línea de la vida, el nacimiento, ella y la muerte. Podíamos observar todos los sucesos juntos, estirarlos, separarlos, subirlos, bajarlos. Yo con temor, mi otro yo, mas viejo, con soltura.


Dónde estamos? le pregunté.

En ningún lado, fue la respuesta. Los seres terrenales y esa necesidad de llevar a la lógica geográfica todo lo que les sucede. Dónde? cuándo? cómo? No importa.

Vos sos yo verdad? pero más viejo.

Efectivamente, once años mas viejo para ser exactos.

Qué pasa en once años? por alguna razón apareciste ahora? 

Nada pasa en once años, y todo pasa en once años. Si buscas en el fondo de tu ser te vas a dar cuenta de que siempre supiste ver el futuro; solo que hay cosas dentro tuyo que, para que no pierdas la cabeza, acomodan la clarividencia para que seas feliz.

A qué viniste entonces? para qué estamos acá?

En unas horas vas a vivir el momento mas feliz de tu existencia, por lo menos la existencia que se comprende entre el año cero y mi edad. Después va a venir el dolor y un poco mas tarde todos los años de sufrimiento. Vos no lo sabes, yo tampoco te lo puedo contar.
Estamos acá para que sepas que te vas a morir. Un ratito igual, pocos minutos, pero te vas a morir.
Los médicos van a decirte que fue un pre-infarto; aunque la verdad es que años después, con estudios y demás, van a descubrir que se te desconectó uno de esos cables que mandan la energía a todos lados. El espíritu se te va a separar del cuerpo, no va a haber muerte cerebral, va a volver y va a estar todo en orden. Faltan unos meses igual, pero quería que lo sepas.

Algo más que me quieras contar? sigo sin entender nada.

Todo lo que te cuente va a ser olvidado en cuanto vuelvas, pero es importante decirlo, para que quede escrito en algún lado. Vas a vivir con un sentimiento adentro, que te va a ayudar a vencer y sobrellevar muchas cosas. Vas a saber que volviste de la muerte. 




Quise preguntarle mas pero abrí los ojos en mi oficina nuevamente. Me preparé un café e intenté asimilar qué era lo que había sucedido. Una secuencia extraña. Por supuesto no recordaba nada.
Con el diario del lunes les cuento que tampoco me sentía poderoso, ni empoderado, ni con poderes místicos, para mí había sido solo un mareo.
Esa tarde pasó lo que pasó. Esa noche pasó lo que pasó. Ese año pasó lo que pasó, y los años que vinieron sucedieron como sucedieron.

Durante todo ese tiempo hasta hoy, sentí que me acompañaba un halo interno de emociones. Un estado del ser, un coraje. Y me pregunto, quién habrá sembrado esto en mí? a quién le tengo que agradecer esta convicción? 

Y escribiendo esto me doy cuenta de que somos nosotros, los que forjamos nuestro destino, pero mas importante aún: somos nosotros, quienes viajamos a nuestro pasado para cuidarnos. Y no se confundan, que aún sabiendo todo sobre el futuro, dejamos que el pasado transcurra como fue, no movemos ninguna piedra, no paramos ningún golpe. Eso que nos duele, es el motor de lo que nos transforma.

Tengo algunas preguntas

viernes, 22 de marzo de 2024

Cuando empieza el otoño, las primeras hojas en caer son de los árboles, o nuestras?

En dónde se guarda todo este dolor?

Cuánto hay que sufrir para darse cuenta?

Por qué siempre queremos un poco más? 

Ese poco más, a veces, nos cuesta la vida.

Cómo te olvido? si me pediste que no lo haga.

Cómo me cuido? si no vas a estar.

Como duele cuando el mensaje de "llegué a casa" se queda sin destinatario.

Cómo escucho música? si te encuentro en todas las canciones.

Cómo escribo sin escribir sobre vos? 

Cómo hago para vivir? si cada respiro que doy expulsa un gramo de aire que me separa aún más de tu cuerpo. Si tengo la mente tatuada de recuerdos tuyos. Si tengo mi casa empapelada con tu sonrisa y mis noches mas oscuras mojadas con tus lágrimas. Con mi cuerpo surcado por la traza de tus caricias. 

Cómo hago...para verte con otro.



Las plantas de mi casa

jueves, 7 de diciembre de 2023

Hoy casi tropiezo con tu planta, la de las hojas violetas.

Hay pocas plantas en mi casa que son mías; casi todas son de ella y otras tantas, como las hojas, del viento.

Ya han pasado algunos inviernos de tu partida.

Ya han mojado algunas lluvias este suelo sin tu olor.

Pero hoy casi tropiezo con tu planta, la de las hojas violetas; y la vi tupida en su esplendor.

Ojalá pudieses verla, te acordás cómo estaba cuando llegó?

Tenía amor, no lo niego, pero estaba cansada. Dolorida y con pena se le notaron las lágrimas durante meses. Y yo le cantaba, le movía de lugar en la casa para que encuentre un hueco cálido, donde el sol no la queme pero la caliente. Un espacio justo como el que mi corazón tiene para la comisura de tu sonrisa.

La observaba, y ella me miraba. Algunas hojas volteaban hacia la ventana y otras se agarraban al suelo, pesadas, como un ladrillo. 

No sirvieron el agua, ni el canto, ni la primavera.

De a poco fue perdiendo el olor de tu casa, el dejo de tu perfume.


Un día te dejó ir, y me pidió estar en un lugar del hogar tan incómodo para el paso, que lo único que hace es estorbar...pero le hice caso. Ella me prometió ser feliz y yo la dejé quedarse ahí.

Si la vieras hoy, tupida en su esplendor, toda violeta, estoica. Vencedora. 

Cuando le canto baila, y cuando toco el piano se acomoda para escucharme mejor.

Parece mentira, pero ahora que ella está mejor, yo me puedo dedicar a regarme a mí. A buscar mi rincón al sol.

Pero faltas vos, 

que sos mi luz, 

y mi agua. 

Casa 12

martes, 28 de noviembre de 2023

 El hielo de la muerte.





Tengo frío, siento como me hundo en la profundidad del recuerdo. Yo estuve ahí, o bueno, todos estuvimos, yo y mis otros yo, de otros tiempos, de otras eras.

No es la primera vez que sucede, ni la última, es una batalla, el final de un algo, el principio de un otro.

La helada, el mármol congelado de los templos rotos. Odín ya viejo, luchando con la muerte y el paso del tiempo que lo vienen a reclamar a él, al supuesto inmortal que no puede morir. Los cuervos rondando, atestiguando, Loki en sus versiones, la justicia pidiendo ayuda, el hijo pródigo muerto, el ragnarock, el fin del mundo. La bóveda celeste danzando y el mundo conocido envuelto en fuego y hielo.

Armagedón, apocalipsis. Pero Jesús está muerto, Dios no puede pararse del dolor inevitable y la muerte, su vieja amiga, lo sostiene para que no sucumba. Ella también carga la cruz del rey de los judíos, pesada.

El arcángel Gabriel sosteniendo la pluma con la cual nace el nuevo mundo. Se reescribe el destino del universo de nuevo. Otra era, otro hielo. Los cuervos, el ser humano, buscando una pizca de carne que halle muerta en el caos que quedó, intentando entender un poco, aunque sea un poco.

Yo estuve ahí, yo lo vi, todos los vimos. Vuelvo a tener frío.

Estoy rezando en un templo, grande, su techo lejano, su eco eterno. Las columnas inabrazables, frías. La luz de la entrada y la luz de las velas. Las nubes llegan, el fuego tiembla, el silencio se vuelve profundo, estoy solo en el templo, nadie reza conmigo.

Me asomo a la entrada, nada hay a lo lejos, ni gente, ni hielo, pero hace frío. Mas lejos algo en fuego, casi tan lejos que no puedo verlo, pero lo sé, no por el humo; pero lo sé.

Siento el ruido de otro templo, el mas cercano, cuyo techo se desmorona de las columnas externas hacia adentro, aplasta todo en segundos, y el poco polvo crea una nube de dolor que embarra las escaleras. Ya no hay sol y me doy vuelta, para volver a entrar a mi templo; al que me acoge, y siento que no puedo. Entonces vuelo.



Pasó tiempo, mucho tiempo, algunas semanas, tal vez meses. Camino solo en el desierto de nieve. No queda nadie en el mundo. No tengo frío, puedo seguir caminando, pero a dónde? con qué rumbo?

Quién es aquel que está muerto? Entonces ahora se a donde fue toda el agua del diluvio, el que hizo que Noé ponga a los animales en el arca. El agua del diluvio a dónde fue? a los glaciares, es este hielo. Se donde estoy. En el principio , en el fin del mundo, pero en el principio.
Es mi deber entonces construir un faro para los venideros, los que vendrán después de mí.


Vuelvo a hoy, a este plano en donde yo escribo y vos lees. La victoria sostiene una pluma con la cual escribe los versos de la guerra. El viejo, la muerte, dos caras de lo mismo, dos viejos amigos. Èl es un maestro. Otra vez Dios. otra vez yo. Por qué el borravino tan cerca? por qué la muerte tan afín con el creador? pero claro, si en los extremos los opuestos se unen. Si el final es el principio. Y la victoria con su pluma y alguien muerto, siempre un muerto. Algo hay que perder, para poder trazar más palabras en el rumbo de la historia. Perder? transmutar? dejar ir el peso para estar más livianos, para poder dibujar. Vuelvo a tener frío, vuelvo a rezar, todo empieza de nuevo.

Necesito escribir

lunes, 28 de agosto de 2023

 Cuanto tiempo sin vernos por un ensayo con estos tintes.

Pero es que escribir es exorcizar el dolor, hacer que éste se mueva del lugar en el que se encuentra (que por ahora es dentro nuestro) y ponerlo en un recipiente externo (éstos textos). De ahí en mas, cada uno a lo que guste, analizarlo o volverlo a tomar.

Como duele... a esta altura el enojo ya es angustia. Me ata la garganta y no puedo ni conversarlo. Es como un agujero negro arriba del estómago. Un sentimiento del tamaño de un planeta, pesado, áspero, resentido.

Pero quién soy yo para ir en contra de lo que el universo quiere? Después de todo, el pasado siempre nos vuelve a buscar. Hoy elijo perder, es lo poco que puedo decidir sobre esta tristeza. 


---



36 horas después.

Ver el futuro tiene sus ventajas, ver el futuro tiene sus miserias.


Hay un momento en donde se cruza un punto de no retorno. Después de eso viene una decisión y luego todo termina decantando indefectiblemente al dolor. Lo único que separa a los sucesos  A,B,C, es el tiempo, pero todos los puntos de esta línea temporal ya están escritos.


Hoy ya pasamos el punto de no retorno y el momento de decidir. La decisión fue mía y el punto de no retorno fue atravesado por otra gente. Solo queda esperar el dolor.


No deja de sorprenderme la certitud matemática con la que se maneja el universo, con su balance, con su forma de enseñarnos. Claro está que ninguna acción permanece sin bendición ni culpa, sea cual fuere su distancia con el presente, todo en algún punto siempre se acomoda. Y en este acomodo a mí me toca sufrir.


Lo vi venir a contarme, con sus ojos brillantes, lleno de alegría y entusiasmo. Convencido de que su accionar fue el correcto, pues hablado estaba con anterioridad, el plan del evento que había sucedido. Sonriendo, de oreja a oreja, hacía mucho que no lo veía tan feliz.

El nudo en mi pecho solo me permitió abrazarlo y pedirle que por favor no me cuente. 

No comprendió, por supuesto, como no iba a querer saber yo sobre eso que lo hacía tan feliz; y claramente él no lo sabe, pero a mí me estaba destruyendo. Me destruyó desde hoy hasta ese momento, y así seguirá doliendo hasta que me olvide. 

Hay otra parte de la historia que se inundó en lágrimas, y me va a preguntar por qué no hablé antes.
Mi respuesta fue (será) : porque tenías que equivocarte para aprender como funciona la vida. Para encontrar el camino tenemos que perdernos,  y volver de ese camino frondoso, lastimados.

Ya no tengo pesadillas

martes, 9 de mayo de 2023

 De niño, hablamos de la edad que va entre los seis y los doce; odiaba dormir.
Me generaba furia todo el folklore que vaticinaba la hora de acostarse porque me acercaba mas a ese indómito mundo de los sueños, en donde yo vulnerable, sufría de pesadillas.

En casa de mis padres se estilaba, hace años, un aterrizaje cercano a las 22:00hs , 22:30hs como mucho. Para esos momentos ya estábamos acostados, dando las últimas vueltas en la cama antes de dormir. Reinaba el silencio y la casa se convertía en un cementerio. Aún lleno de frazadas y con comida en la panza, sentía frío. Creo que los últimos recuerdos del miedo que tengo, son esos.
Me aterrorizaban aquellos segundos en donde los ruidos ya no se escuchan y uno se hunde lentamente en la inmensidad insonora del subconsciente. Acto seguido, el dolor. Todas y cada una de las noches la turbiedad de mil historias que ya no recuerdo me tiraban del cuerpo en inimaginables formas, humanas y animales. Es un vacío inexplicable, una impotencia paralizadora; cerrar los ojos y dormirse era sinónimo de muerte.

A veces recitaba poemas que buscaba memorizar con fuerza durante el día; para tener mas líneas de texto disponibles a la noche y no dormirme tan rápido. Cantaba, para adentro, algunos de los temas que me sabía de memoria; como un cassete roto autorebobinable. Me pellizcaba los codos; pensaba en la chica que me gustaba, fantaseaba besos imaginarios y escenas de películas protagonizadas por mí. Nada servía. 

Sobre el final yo me dormía ; y el siguiente recuerdo era despertar en llanto habiendo luchado contra una serpiente gigante; o después de correr durante horas porque alguien quería matarme. Las pesadillas, tan variadas como formas de lunares existen en la dermis, no frenaban. 


Lo que me gustaban eran lo días en los que me acostaba tarde; con sueño de verdad, se ve que siempre fui propenso a dormir poco. Esas veces recuerdo desmayarme en la almohada como si no hubiese un mañana. El simple hecho de no dar vueltas para dormir, hacía que el sueño llegue naturalmente amable a mi cuerpo y me abrace en situaciones placenteras. Volar, me extasiaba volar. Era mi sueño preferido. Controlar mi cuerpo y volar por todo el mundo. Conocer lugares que yo sabía, eran reales; lugares a los que uno solo puede llegar volando.


Fui creciendo y entendí que el secreto era irse a dormir cuando uno estaba cansado.
Ahora, cada vez que me acuesto, por alguna razón sin sueño, me agarra frío; me transpiran los pies, me duele la panza y mi cuerpo revive todas las pesadillas juntas. Así de arraigados están, el acto y el recuerdo.


A qué viene todo esto? ustedes se preguntarán.


La primera vez que la besé fue el 26 de abril del 2013, en un descampado rodeado de árboles. El otoño se apoderaba de la tarde con una sutileza casi artística y los relieves de su piel desprendían la energía de todos los soles conocidos. 

Los primeros besos tienen una carga pesada y explosiva de ingredientes interesantes. Incertidumbre, deseo, amor, misterio, convicciones, dudas, tiempo, dolor, pasado, presente, futuro, formas, ritmo. Son casi como la física cuántica, con el gato vivo y muerto a la vez. Uno no sabe que va a pasar un segundo antes del primer beso, y curiosamente tampoco sabemos lo que va a pasar cuando termina. El tema es el durante. 
Durante el primer beso, el infinito existe entero en esa danza. Todo lo sucedido es en ese momento. Todo lo es, todo somos,  los espíritus enaltecen y el calor ya no quema. El invierno no existe; el ruido se apaga.
El primer beso tuerce toda ley de la física (salvo de la de la entropía, porque eventualmente el universo sigue tendiendo al caos). Esos segundos donde las bocas, que se desearon durante eternidades, se conocen; son símiles al paraíso en los ojos del creyente; a las montañas que se mueven por la fe. 

Casi sin aviso hay vertebrales que se funden con el primer beso, como amuletos. Puede ser un perfume, un objeto, un movimiento. Puede ser cualquiera el gatillo que nos transporte, en cualquier momento entre ese beso y la muerte, nuevamente a ese lugar.


El problema es cuando el beso en sí mismo, se convierte en el amuleto de un suceso posterior, doloroso, disruptivo. 

El problema del 26 de abril del 2013, fue que en las 12 horas que le continuaron a ese beso, todo iba a cambiar. Todo iba a temblar. Todo iba a arder. La tierra, ella, yo, Dios. 




Pasaron diez años...10:40:00 am iba caminando por la calle hace algunos días y observé las hojas amarillas en el suelo. Un poco guiadas por el viento, y otro poco por el destino. Me atropelló como un huracán el olor a otoño del 2013. Volví a pesar 65Kg; de pronto no escuché mas voces; hubo una pausa de silencio en el aire; como si alguien hubiese apagado la lluvia con una tecla. Me detuve, en seco, cerré los ojos para no perder lo que sea que estuviese aconteciendo.

Sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo. Sentí su olor. Escuché el suave susurro de su voz en mis oídos; sentí el relieve de la curva de su nariz en mi frente. Volví a creer en una religión que ya no existía. Volví a vivir por un segundo, ese segundo que existe durante el primer contacto, antes y después de no saber nada; donde el infinito es finito. Y ahí me quedé

Viví una vida entera con ella en ese microtiempo. La amé en todas las formas en las que se puede amar a alguien. Disfruté cada mirada y cada verso que me dedicó en esa eternidad incorpórea; en ese big bang de emociones. La quise tanto, pero tanto, que no me quedó ya amor en el cuerpo, de tanto quererla. Y cuando cansados de querernos, felices, satisfechos, nos miramos por última vez, el reloj dio las 10:40:01..y la perdí.


Me apresuré a verificar que todo había sido un fantasía y esperé lo peor. Aguardé con coraje a todo lo que viene después del amuleto de su primer beso; me armé de frente, con los puños en alto; al terremoto inequívoco de las doce horas posteriores. Alcé la pera, miré al aire que habría frente a mí y esbocé sin titubear: VENI, DALE! como hablándole a la caja que guarda el caos que desató ella en mi vida. Siempre pasaba lo mismo; después de los besos, venía el dolor.


Pero estas vez pasó algo diferente; por primera vez en diez años, yo la pensé cansado de quererla. Cansado de buscar respuestas a preguntas que nadie hizo. La recordé en la plenitud del espíritu, en los caminos reales del amor. 

No pasó nada más, nada dolió, nada tormentoso me atrapó en la lúgubre sintonía de Buenos Aires.

Entonces entendí, que ese segundo no fue un recuerdo. Que todos los te amo habían sido reales; entendí que SI habíamos vivido mil vidas y en ese lustro de vidas nos amamos. Todo fue real, absoluto. Por primera vez en diez años, la amé desde el presente, como si ella estuviese acá. Recién diez años después pude entender el amor verdadero, y fue justamente cuando dejé de intentar entenderlo y simplemente lo sentí...

cerré los ojos una vez mas y la abracé, en el medio de la calle...

Y no tuve frío después, ni me dolió la panza.


El amor después del amor

lunes, 1 de mayo de 2023

 Suena trivial el título, pero hace unos días, el 26 de abril, se estrenó una serie en Netflix con ese mismo nombre...

Nada es casualidad en esta vida.




Ya pasó abril. Hace diez años que viene pasando, y como las mujeres que no terminan de pasar, duele (cada vez menos) en el pecho. En cada arritmia te pienso; en los abrazos que nunca nos dimos. Aunque este año es diferente, así lo decretamos y firmamos todos en conformidad, es y será diferente, porque así quedó escrito. Éste fue el último abril, y estos son los últimos versos que le escribo. Y lo digo yo, que soy un hombre sincero.



Cierro los ojos y siento como las lágrimas que quiero llorar ya fueron lloradas en otros tantos; que me han desbordado hacia adentro ; llenando agujeros, rincones que existen entre la coherencia y el olvido. Es que aún me cuesta identificar, qué de todo mi ser te pertenece, y qué porción de mi alma se murió , aquella noche.contigo.
Y es que vuelvo para atrás a recorrer ese camino una y mil veces; a correr por el relieve de tus manos en mis pómulos, vuelvo siempre. A cada hoja del otoño vuelvo siempre. Tus besos en todos los atardeceres de abril entre las 1730 y las 1800. Tu perfume en cada amarillo; en cada árbol seco; en cada silencio que hace la ciudad. Y es que Abril es el mes de la muerte; Abril, Aries y el Infierno.

Tenemos tan entrelazados los recuerdos del dolor y el amor, que casi podría decirte que me duele el cuerpo acariciándote los párpados con la boca; y al mismo tiempo amarte con el corazón entre las manos, detenido, agonizando. Y nosotros, que no extrañamos, te extrañamos. Pero ya no más; porque así quedó escrito, porque este es el último Abril.

Pasaron muchas cosas de un tiempo a esta parte; y hubo momentos en los que no me veía escribiendo estas palabras. A decir verdad, no me veía haciendo nada; el destino era la muerte, por andar matando a hierro, y el que a hierro mata...pero acá estamos, escribiendo. Sorprendidos de lo bello que es vivir muchas vidas y que Dios nos siga dando oportunidades; Anonadado, una vez mas, de poder escribir este ensayo.
Fue por allá en el 2013 cuando la vida me zamarreó tan fuerte; que pasaron mas de tres mil seiscientos días; y yo acá todavía tipeando sobre vos.

No se para que escribo, ni siquiera sé si tengo algo que decir. Fue mucho el dolor, tanto que nos transformó, nos elevó. Elegiría todo de nuevo, no cambiaría ni un minuto de esta historia. Todos las miradas que me llevaron a vos, las volvería a mirar: Me sonrío. Todas las tardes que me llevaron a vos, las volvería a vivir; y también todas las tardes después de tu amor, todo lo que pasó; estos diez años, los viviría de nuevo sin cambiarles un minuto.

Cuanto sufrimos, cuanto dolor, cuanta soledad, cuanto rencor. Que tanto tiene que aletear una mariposa para que un beso cambie una vida. Qué hubiese sido de nosotros y de vos; si te hubieses equivocado de aula. Si no te hubieses sentado donde te sentaste en aquel febrero. Si no te hubieses atado el pelo.
Qué habría sido de estas palabras y de todo lo que este blog vio desde vos en adelante. En dónde estaría si no me hubieses gustado desde el primer momento en que te vi. En qué creería si no hubiese inventado una religión cuando cruzaste la puerta? Seguiría vivo? No hablaría solo? y todas las voces? estarían acá?

Quiero saber en cuántos de todos los universos vos y yo si nos amamos para toda la vida. Quiero saber en qué versión del tiempo nuestro amor cambia al mundo! Quiero saberlo todo y a la vez, olvidarlo, para que en la incertidumbre de no saber, vuelva al pasado para repetirte; 

Quiero saber si esta vida es la mejor que nos pudo haber tocado de todas las otras; o si en algún momento ya volvimos al pasado para que no te equivoques de aula, para que no llegues tarde. Necesito tener la certeza de que alguna entidad divina obró para que nos besemos un 26 de abril; con la General Paz detenida, y el agua de todos los acantilados rompiendo contra las rocas. Vivaldi, Bach, los veinte poemas de amor; la canción desesperada. Necesito saber si realmente esto , hasta ahora, fue lo mas sano que pudo suceder.

Siento un dolor fuerte, en un lugar indescriptible del espíritu que me habla desde un futuro muy lejano y me asegura que te amamos mil veces. Y las mil veces el 27 de abril fue el mismo. Las mil veces la muerte; las mil veces el llanto; las mil veces los gritos, los vidrios rotos, la policía que nunca llegó. Las mil veces el pánico del 27, ahogados en lágrimas. Las mil veces el amor fue porque no duró lo que tenía que durar; porque no tuvo tiempo, no maduró.
Estos son los últimos versos que te escribo, pero lo hago con mucha fe.

Y es que se algunas cosas...

Así que adiós mi corazón, ya no te sufro, ya no te extraño todos los días. Ya somos felices en nuestra distancia. Gracias por todos estos años de aprendizaje; de amor, de tristeza. Te extraño y te voy a extrañar siempre. De verdad, gracias por todo.
















Por qué no puedo dejar esto escrito y dejarla ir?

:- No es momento

Ya está! ya es suficiente ! CUANTO MAS QUERES QUE SUFRA? Qué mas tiene que pasar?

:- No es la primera vez que escribimos esto, solo que no te acordás.

De qué me están hablando?

:- Tranquilo, siempre preguntas lo mismo y la respuesta siempre es la misma cuando llegamos hasta acá.

Hasta acá dónde? Cuándo?

:- A los diez años, cuando decís que es el último Abril y que estos son los últimos versos que le vas a escribir.

Y qué pasa ahora entonces? No se supone que ya está?

:- No, no está. Tenemos que volver a volver.

Volver a volver? a dónde ? no entiendo.

:- Al 2013; es importante que te vuelvas a enamorar de ella.

Pero si la estoy dejando ir! además cómo volver? qué es esta locura?

:- No es la primera vez que volvemos. Por eso el sentimiento.

Qué sentimiento?

:- El de sentir que la conoces de toda la vida

Pero entonces...

:- Si, en esta vida también volvimos

COMO VOLVER! es imposible viajar en el tiempo

:- No Facundo, no es imposible

Y entonces cómo es? cómo se hace?

:- Por eso es importante que me escuches y me hagas caso, no la olvides, necesitas seguir extrañándola, de otra manera no vamos a poder volver.

Por qué? por qué es tan importante que me siga doliendo? por qué si yo la suelto no vamos a poder volver?

:- Porque ella es el móvil que te hizo resolver la forma.

Resolver qué? la forma de qué?

:- De viajar en el tiempo.




Otra vez

lunes, 17 de octubre de 2022

 Otra vez esa sensación, de que alguien cercano va a morir. 

Pecados

martes, 26 de julio de 2022

Sabes por qué esto me duele tanto?

Porque sos de verdad.


Ni un invento literario, ni un sueño de media tarde.

La personificación del pecado

El calor del pleno invierno.



El fuego en la sangre,

El viento del norte.

Las olas que rompen acantilados enteros.



Poeta, impertérrita

Salvaje, fulgente.


Pecado en la tierra
Sangre creyente


Me quiero encontrar, bailando de jarana

besándote la sombra

ayer, siempre, mañana

Y que cuando una bala caiga al piso

cuando el cuchillo afiles hoy

te pregunten quien es ese!! que anda paseando con la Juana

vos les susurres que yo dije:

Un bandolero donde voy.



Ayer, hoy

sábado, 14 de mayo de 2022

 Ayer me enteré que una persona, a la cual quiero mucho, tuvo un ACV. No quise molestarlo porque él mismo comunicó que estaba muy débil, le da pánico responder los mensajes.  Hoy mis amigos safaron de un accidente mortal por 2 metros.

Hay una particularidad, entre aquellos que tuvimos que morir y no lo hicimos. La muerte ya no nos persigue, nos camina al lado. 

Hace años vivo una segunda vida, de regalo. Y si algo aprendí, es que hay que vivir tan fuerte, que el cielo no pueda bancar el quilombo que hacemos, y nos deje seguir en la tierra hasta calmarnos. Decir te quiero, abrazar, tomar ese café pendiente, no quedarse con las ganas de nada. Armar bardo, dejar de pensar, querer a tu familia, jugar con tu perro. Ser feliz, no importa qué tan bien o mal nos vaya, si total a vivir...

se aprende viviendo.


Extraño

jueves, 24 de febrero de 2022

 Que raro, siempre que vuelvo a estas páginas, es porque la ira que acompaña...



Como una nube, negra, que me sigue y llueve, mientras alrededor reina el sol. Algunas personas se dan cuenta. Sucede, existe, no es que podemos vivir sin el sentimiento iracundo; pero cuando algo lo hace asomar por la superficie, parece como si tomara aire y cobrara una fuerza sideral.

Lo siento siempre en el mismo lugar, que es todos los lugares pero centrado entre el pecho y el estómago. Está ahí, queriendo romper algo para que el ruido del desastre lo soslaye, como un trueno, cuando limpia los gritos sueltos de la ciudad.

Cuando crece, porque crece, todo tiende a hacerlo crecer. Una alarma que no suena, el tráfico de la mañana por un palo en la autopista. Alguien que se sienta en un escritorio que no le corresponde, y cuando los miras te pone cara del que va de contramano y sabe que va de contramano. Te levanta la mano, pero no se corre, sigue perpetuando el camino hasta llegar a la esquina.

Cuando necesitas que todo funcione y nada funciona, cuando sobran las palabras y nadie las dice.

Que ira me dan esos días en los que me quiero fajar con el primer gil que me mire cruzado; y eso me da mas ira, y así sigue creciendo, como en un ciclo constante de retroalimentación que ya todos sabemos donde termina.

No me gustan estas vísperas, no nos gustan.

Por suerte, y roguémosle a Dios, que no deje de llover.