Tengo un rincón en el pecho secuestrado por tu boca,
una arritmia galopante del recuerdo de tu cuello.
Tengo en la voz una ausencia, de gritarle tu nombre a la nada,
y en la nada una audiencia ,de recuerdos tuyos, vuestros.
Tengo en los ojos cansados el desvelo de todas las madrugadas,
y en mis manos el peso de tus penas vencidas,
tengo todavía, abiertas las heridas
de extrañarte estando preso, en ésta y en otras vidas.
Tengo, tu cintura en una polaroid que cabe en el bolsillo,
Tengo el estribillo de un tema a medio terminar,
que toca un ritmo algo similar
al de fito en once y seis
"En un café se vieron por casualidad..
gitana ven, abrázame, no llores mas"
Cartas del futuro
sábado, 11 de abril de 2020
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