Autor intelectual

viernes, 3 de julio de 2020


Los criminales tienen, como los artistas, la necesidad de firmar sus  obras.


Claramente nos encontramos con una encrucijada importante al momento de hacerlo, pues en los actos que van contra la ley, la identidad es el camino a la condena. Los apodos se descubren y finas máscaras nos arrebatan la libertad. Podemos cambiar de piel, hasta de nombre, pero vamos a seguir siendo nosotros.

De todas maneras ahí está, ese plan bien hecho, esperando a que lo reconozcan . A que se apropien de él como creadores, como perpetradores; reclamando un padre y no ser hijo del viento.

Análogo a las pinturas, que valen mas cuando el pintor está muerto, el robo es mas perfecto, cuando el autor está libre.