Clarín

lunes, 28 de enero de 2019

 " La impunidad bidireccional hace a la viabilidad del asesinato" .


Que tragicómico no?

Ayer hablando con una persona a quien le debo mucho cariño y estima, conversamos entre risas sobre la creatividad de ser un asesino por naturaleza. Fantaseando por supuesto.

Todos somos creativos, vanguardistas. Los hay quienes crean pinturas, cuadros, obras de arte. Arquitectos, médicos revolucionarios; entrenadores con métodos tercermundistas, músicos, cocineros, baristas.

De la creatividad misma parte la receta de lo que se necesita para llevar a cabo el bizcochuelo del éxito. Un poco de locura, algo de inteligencia, método, técnica, horas de práctica, autoconversación, convencimiento y pasión. No hace falta mas que eso y el azar de nuestro lado para que todo lo que emprendamos en la vida se suceda con excelencia.

Un asesinato (por qué no), es uno de los tantos emprendimientos en los que cualquier accionista emocional podría invertir su fortuna.

Siempre tuve una forma de ver las cosas desde ángulos particulares, por supuesto las " cosas" eran partidas de ajedrez, ecuaciones diferenciales o juegos de ingenio. Tal vez la particularidad no era resolver con rapidez, pero si de maneras poco comunes. Nunca fui el mejor en plástica, en dibujo, en  educación física. Siempre carecí de la técnica correcta para darle comba a una pelota en un partido de fútbol, o para hacer un correspondiente y exacto tiro suspendido en un partido de Handball.
Me costaba y me cuesta dibujar cualquier cosa que no tenga líneas rectas o no se pueda llegar a ella mediante reglas trigonométricas.
Carezco de prolijidad a largo plazo sobre la hoja. Soy zurdo. arrastro tinta cuando escribo.
En contra parte siempre abracé la poesía, la literatura. La música. Borges, Cortazar, en épocas de dibujos animados y televisión podrida.
No recuerdo muchos capítulos de los simpsons, pero si veinte poemas de amor y una canción desesperada, o el Santos Vega de Rafael Obligado.


La creatividad es la que nos lleva a  exacerbar la mente, intranquilizarla y forzarla a analizar escenarios por los que no pasamos, a meter variables en las cuentas que ya hicimos, a sumar incertidumbre en cálculos estadísticos y probabilistas.

Seguir los pasos del accionar de las fuerzas armadas o de la policía cuando algún familiar de aviso de una desaparición, o a partir del hallazgo del cuerpo. Debe haber cuerpo o no? (esto ya lo discutimos). Si hay cuerpo hay pecado, y si hay pecado hay culpa y redención . Si no hay cuerpo no puede saberse por qué, no hay mensaje, y sería una pena que lo que debiera ser una muerte recaiga en un supuesto secuestro adjudicado a hampones que nada que ver tienen con uno. Búsquedas interminables, refuerzo de peritajes. Un muerto es un caso semi cerrado, porque ya hay muerto, hay evidencia, resta una autopsia que a ningún lado puede llevarlos si procuramos cuidadosamente no dejar rastros que nos incriminen. Toda muerte debe ser prolija, porque de otra manera seríamos salvajes, y a los salvajes los cazan como animales. El salvaje es descuidado.

Por supuesto quiero reforzar una vez mas la idea de ficción que reside en éstas líneas. Es impensable que nosotros pensemos en matar a alguien, pero me agrada el tinte literario de saborear esta escritura, como quien pasa la lengua por un cuchillo, del lado del filo, sin cortarse.


Hoy leo en internet que encontraron en zárate el cuerpo de un presunto ladrón calcinado y con dos tiros. Me hace ruido pensar en la incidencia que tendrá este caso en la policía Local. Qué tanta fuerza o cuántos efectivos dispondrán para la búsqueda de los responsables del crimen, del supuesto ajuste de cuentas.
Si la víctima fuese tal vez un inocente (depende a los ojos de quién lo mire) , quizás las FF EE (fuerzas especiales) desplegarían todo su herramental en dar con el psicópata autor....pero y si no?
De ahí nace que la impunidad bidireccional existente para los delincuentes que salen al otro día y para los culpables que cohetean a un delincuente y gozan de una vista gorda es, de alguna manera, la que incita al crimen en cuestión. Sea del bando que sea.

Por supuesto, siendo uno de los muchos estímulos, mas no el de mayor importancia.

Ahora por supuesto, reside en quien juzga el saber que la persona que vamos a enterrar, es culpable o inocente, claramente la justicia Argentina debería ocuparse de juzgar. Claramente el pero castigo es la pena del calabozo y no la libertad de la muerte...

Pero a dónde nos empujaste Argentina de mi vida, con tu corrupción, con tu insensatez, sos culpable , tan culpable como nosotros, de las muertes clandestinas de inocentes mal juzgados. sos culpable de la violencia que habita en las calles, de las muertas esperanzas de las abuelas de la plaza. Sos culpable, mi Argentina, de los femicidios desarrollados bajo tu guardia, sos culpable. Sos culpable de los violadores sin condena, de los secuestradores sin pena.
Que culpable, mi Argentina, tan bonita y tan serena, como tu bandera que flamea, alta en el cielo, un águila guerrera, que audaz se eleva en vuelo triunfal?, sobrevolando los cementerios minados de injusticia? agazapando a los corruptos del poder legislativo, que enaltecen sus bolsillos y empobrecen la razón. SOS CULPABLE, mi Argentina querida, de las balas perdidas que matan nenas en navidad. De los asaltos a mano armada que arrebatan navidades. Sos culpable, mi Argentina, de treinta mil luces apagadas, del apagón de Ledezma, de la noche de los lápices, Cromañón, Once, Garcia Belsunce. No me hagas hablar por favor, puedo seguir todo el día.
Sos culpable mi Argentina, querida y amada, de todas las muertes sucedidas, presentes y futuras. Pero así y todo te perdono y creo en vos. Por la Jurisprudencia divina que reina en la llanura pampeana, que nos invita a defender nuestra tierra y nuestra sangre, a todo costo.

Los que tengan corazón, los que el alma libre tengan,
los valientes, ésos vengan, a escuchar esta canción.
Nuestro dueño es la nación, que en el mar vence la ola,
que en los montes reina sola, que en los campos nos domina, 
y que en la tierra argentina, clavó la enseña española.

Hoy mi guitarra en los llanos, cuerda por cuera así vibre:
Hasta el chimango es mas libre en nuestra tierra, paisanos!
Mujeres, niños, ancianos, el rancho aquél que primero
llenó con un solo te quiero ! la dulce prenda querida,
todo, el amor y la vida! es de un monarca extranjero.

Ya Buenos Aires, que encierra,
como las nubes, el rayo, 
el veinticinco de Mayo
Clamó de súbito: GUERRA!
Hijos del llano y la sierra,
pueblo argentino, qué haremos?
¿Menos valientes seremos
que los que libres se aclaman?
De Buenos Aires nos llaman,
a Buenos Aires volemos!

Ah! Si es mi voz impotente,
para arrojar, con vosotros,
nuestra lanza y nuestros potros
por el vasto continente;
si jamás independiente
veo el suelo en que he cantado,
no me entierren en sagrado 
donde una cruz me recuerde
entiérrenme en campo verde,
dónde me pise el ganado !

Cuando cesó esta armonía,
que los conmueve y asombra
era ya Vega una sombra
que allá en la noche se hundía...
Patria! a sus almas decía
el cielo, de astros cubierto,
Patria! el sonoro concierto
de las lagunas de plata,
Patria! la trémula mata
del pajonal del desierto.

Y a Buenos Aires volaron,
y el himno audaz repitieron,
cando a Belgrano siguieron,
cuando con Güemes lucharon,
cuando por fin se lanzaron
tras el Ande colosal
hasta aquel día inmortal
en que un grande americano
batió al sol ecuatoriano
nuestra enseña nacional. 


Y entonces por qué?

jueves, 17 de enero de 2019

Por qué te fuiste?





No entiendo por qué dejaste de hablarme, de un día para el otro, como si no existiese más, como si nunca nos hubiésemos conocido.
No se que te pasa, estás distante. Respondes tarde mis mensajes, si es que tenés ganas.
Tus contestaciones son cortas, monótonas. Te digo de vernos, nunca podés. Pasó algo? hice algo mal?
Es que llega un punto en el que nos cuestionamos el interior, rememoramos los pasos dados para ver cual fue el que pisó fuera de la línea, y no lo encuentro.
Sería mas fácil que me dijeras :- No te quiero ver más por ésto ésto y lo otro. PUNTO , ya está, me olvido de vos y a otra cosa, pero no, desapareces, te asomas, te volvés a ir, y yo así no puedo.
Lo que peor me hace es la mentira, porque cuando hablamos a veces me decís que tenés ganas de verme, que todavía me queres, que la pasas muy bien conmigo, entonces cada día que pasa te entiendo menos corazón! Me duele no poder decir listo, hasta acá llegamos, porque cada vez que lo hago pasan una o dos semanas y te me metes de nuevo en el sistema nervioso, y necesito saber cómo estás, que estás haciendo, si estás con otra persona, si me seguís queriendo, si pensas en mí...y no te quiero hablar para preguntar, porque tengo miedo, como siempre, a que no me respondas.



El gris del cielo, da la pauta del horario del café de la mañana, de los libros a leer, de la lluvia por llover. La biblioteca, estanca, de madera y polvo, marca paso por madera y paso por paso del reloj y las agujas, marca tiempo sin ser tiempo, data misma de la antigüedad de la reliquia. Siniestra, con sus libros negros, de hojas gastadas y mas polvo. La alfombra del centro de la habitación, el piso de madera. Los dos sillones simétricos, la mesa interpuesta, las dos ventanas del piso al techo, mas allá el hall central.
A la izquierda un bastidor con whiskey, a la derecha un escritorio, en el techo una araña vieja y la biblioteca, todavía firme, marcando el paso.
Un cenicero sin cenizas, viento del jardín.
El silencio de la mañana intensifica los ruidos irreconocibles, hace eco del aleteo de los pájaros que todavía no han volado, y se puede escuchar, con cautela, la respiración del otro.
Se escucha y no se toca.
Siempre hay que escuchar, incluso a los mismos libros, que en una mañana de lluvia y frío, nos entregan un sonido particular al pasar nuestros dedos por las hojas, recorriendo las letras con nuestras huellas dactilares. Escuchar y sentir. todo.
Cerrar los ojos para escuchar la música de lejos.
La madera recruje con el cambio de temperatura, los libros quietos.
El piso calmo, la luz, el olor del mar a lo lejos, el ruido de la sal en el aire, mezclada.
Llueve fuerte, y ensordece. Llueve fuerte pero calla, la lluvia calla, calma, ahoga.
El ruido de la lluvia no es intrínseco a las gotas, sino a la superficie que golpean. Cómo vibra, como llega, con que fuerza, a qué techo de chapa, a qué piedra, a qué corazón.
La lluvia, como las balas, hacen ruido cuando salen y hacen ruido cuando pegan. Lo del medio es la poesía , de verlas caer.
En el interior de la casa, la biblioteca, el whiskey, destapado, dos copas servidas, un grito en el umbral, ahogado en susto e incertidumbre.
Sobre el escritorio un cuerpo sin vida. Un trabajo sucio, limpio pero sucio.
Con cuerpo hay homicidio, sin cuerpo hay búsqueda, posible secuestro. Con cuerpo hay mensaje escrito. Sin cuerpo, incertidumbre.
La ubicación apagada.
Ya mas calmo, y después de ducharse, todavía llueve, todavía hace frío, estamos lejos. Un mensaje. Quién será?

No entiendo por qué dejaste de hablarme, de un día para el otro, como si no existiese más, como si nunca nos hubiésemos conocido [... ] y no te quiero hablar para preguntar, porque tengo miedo, como siempre, a que no me respondas.

Respiro a mis adentros, me persigno en nombre del padre, del hijo , del espíritu santo. Dejo el teléfono, tomo whiskey, lloro en silencio y vuelvo a hablar conmigo, a preguntarme una vez mas: hasta cuándo todo ésto?
No veo la hora de que nazcas, así por fin podré morir, o por lo menos morir yo, el que está escribiendo esto.









Sol y brisa

miércoles, 2 de enero de 2019

Sentí el viento suave de Berlín, en la mejilla, en la oreja, desde atrás, y el aroma a tarde post lluvia soleada. Fue suficiente para hacerme volver.
Cuando todo se está por descarrilar, aparecen en la memoria los recuerdos que nos hicieron felices. Nos piden que nos quedemos, que todavía falta mucho. Es verdad que uno vuelve, a los lugares donde amó la vida.