TODAVIA NO ES MAYO

lunes, 30 de abril de 2018

Todavía no estamos en Mayo.

















AHORA MANDO YO


























.

Madrugada del sábado 27

viernes, 27 de abril de 2018

Me prometí, de alguna manera, no escribir nunca jamás esta historia. Hacerlo sería dejarla ir, por completo, y no quiero, de ninguna manera y en ningún sentido. Me rehúso completamente.
No voy a escribir sobre aquel día, no traiciono la promesa. Hoy escribo sobre hoy, redundante, lo que sería en realidad, 27 de abril, viernes por la tarde. In situ.


Me avasalla un dolor de cabeza punzante a ambos lados del cráneo. Siento una tensión en el cuello que lo (nos) alborota, es un dolor constante, como una vértebra corrida, como un tenedor rascando un plato, un par de uñas bailando sobre un pizarrón, sin cesar. Me está desarmando.

La vista me va y me viene, como aquel octubre, muy próximo al pico de estrés, pero esto es distinto, yo lo se. También intuyo que hay dos caminos reales por los cuales puede estar pasando esto con mi cuerpo.

Camino nro uno. El lunes comencé un nuevo trabajo, a cargo del proyecto de fusión de una compañía metalúrgica muy importante con una empresa de robótica italiana. Toda, casi toda esta semana, fue pura y exclusivamente capacitación.
El proceso de borrar archivos viejos de la mente y meter nueva data es algo cansador, más si se es activo como nosotros, que preguntamos y somos inquietos.
Tal vez la postura forzada de mostrarse siempre derecho. De no poder relajarse como uno quiere, donde uno ya se conoce. La gente nueva, máquinas nuevas, planillas nuevas, problemas nuevos, todo un universo nuevo, caótico, inmerso en si mismo, y nosotros. Nosotros, un punto que llega desde otro plano para insertarse en la sinergia de este caos que funciona (no sabemos como), con el fin de conocerlo, estudiarlo y mejorarlo.
Escrito así tendría algún sentido la falta de energía un viernes a esta hora, la facultad que se viene, el finde largo que nos espera (donde obvio, se dormirá y se trabajará), el calor de mierda, todas cosas que suman al mareo, al dolor, a las ganas de darle un cabezaso a una pared.

Ahora bien, retomando lo prometido, porque sabemos que no puedo (ni quiero) escribir nada sobre esa madrugada...Hoy no puedo con ellos.

No estaría pudiendo desde el momento cero. Éste es el camino número dos, el peor. el que existe en el plano mental que escapa a la oratoria. El de la mente que domina.
No puedo con ellos, no los puedo callar, ni calmar, no los puedo apaciguar en lo más mínimo.
No me había pasado en años anteriores tampoco, que yo recuerde. Me está pasando ahora.
Será por los 5 años?
Será por el calor y la humedad de mierda que reinan en este abril del orto, que se robaron mi frío, el frío que calma a las fieras. Hoy tengo este calor, este calor del orto, volcánico, 31 PUTOS GRADOS y yo con ganas de explotar desde adentro, de que me reviente el balde al carajo, para poder cerrar los ojos y no sentir mas dolor.
No quiero que me duela mas. Ni el cráneo, ni el cuerpo, ni el pecho.
No es por ustedes, yo se que en el fondo no son. Tal vez haya algo mas, que no estoy viendo, que no estoy detectando dentro mío. Alguna enfermedad, no se.

Solo quiero, que por hoy, se callen. Por hoy por favor.


Viernes 26 de abril.

jueves, 26 de abril de 2018

Si quisiera escribir en un ensayo detallado como es que vienen los asuntos referidos al mes de abril, los títulos o subtitulos del mismo empiezan a llamarme la atención.

En orden serían:

Enamoramiento
Misterio
Esfuerzo
Utopía
Coraje
Gloria
Caos
Ruptura
Disociación
Separación
Sufrimiento
Entendimiento
Cicatriz




Por lo menos así, en un tirón de las primeras palabras que se me ocurren. 5 años después, acá estamos.

Hoy, viernes 26 de abril. Estaríamos parados (si vemos a gran escala, un lustro para atrás) en Utopía, Coraje y Gloria. Así, tres palabras en menos de 24hs. Utopía habrá durado hasta las 10 de la mañana, mas o menos, cuando aquel viernes le dije que iba a verla aunque mi calendario no me situaba en ese lugar, en ese horario. Fue, es y será utópica la fantasía que tuve con ella, de estar juntos para siempre. Lo que el destino a veces no nos cuenta, es que se puede estar junto a alguien por siempre, sin la necesidad de estar cerca uno del otro.

Después de las 10 de la mañana (horario mas o menos), comenzó un proceso de ...cómo explicarlo, antiboicoteo, todo lo contrario a tirarse abajo a sí mismo. Fue una suerte de arenga personal y contínua, de vos podés, de dale para adelante. Comenzó a gestarse Coraje, quién floreció aquella tarde, pasadas las 17:20hs, cuando en medio de un descampado, cerca de la intersección de General Paz con San martín, sus pies se elevaron unos centímetros del suelo, las nubes no se movieron, mi corazón latía al ritmo de una batucada, y nos besamos con la poesía no escrita de todos los poetas, con la valentía que le faltó a quienes se rindieron en todas las guerras. Fue el beso bravo, el beso tierno, el beso suave, el que dice todo con existir. Un grano de arena en  la basta playa de todos los besos dados y a la vez toda la arena del mundo.
Para llevarlo a la oratoria, uno nace varias veces durante su paso por este mundo.
Nace cuando nace, del verbo llorar en una maternidad.
Nace cuando se despierta de una siesta de 3hs sin saber dónde está, cómo se llama, qué día es, ni para qué vino al mundo.
Uno nace cuando prueba por primera vez el dulce de leche.
En su primer día de Colegio.
En el nacimiento de su hermano.
En el beso y el abrazo de su padre un martes cualquiera.

Vivimos renaciendo.

Pero como nací ese día, en el instante en que nos besamos, no había nacido nunca.
Me reinventé, de mil maneras, durante los segundos, largos segundos, que duró ese beso. Que fue todo.
Mar y guerra. Coraje, decisión.
Honor y Gloria.


Si quisiera escribir en un ensayo detallado como es que vienen los asuntos referidos al mes de abril, éste apartado se llamaría, Viernes 26 de abril.Utopía, Coraje. Gloria.

Que curioso, hacía tanto no escribía sobre ella.


Despedida

martes, 17 de abril de 2018

El viernes 13 de abril hice semi pública mi renuncia al trabajo en el cual estoy hace casi tres años. Quiero poner estas palabras a mis compañeros en este blog, porque se me olvidan los discursos y mucha gente dice que son bastante lindos y motivadores.


Dicen que el mundo es de los que arriesgan. Supe leer hace algunos años y me quedó esa frase grabada a fuego lento en las pupilas. El mundo es de los que arriesgan, y hacía eco dentro de mi cabeza. Todo proceso en general tiene la misma forma de desarrollarse, en el trabajo, en el estudio, en todo lugar nuevo al que vamos y en todo lugar viejo que dejamos. El principio de todo es la incertidumbre, prima hermana del miedo, porque el humano le teme a lo desconocido. El segundo paso es la aceptación, donde uno se percata del riesgo inminente que supone cambiar, lo reconoce, lo acepta. Luego viene la decisión, el momento clave, sin lugar a dudas, en donde tiemblan un poco el continente propio, donde hace ruido en serio, bien adentro del deseo. Esa decisión es el punto de inflexión de todas las curvas, porque de ahí para adelante cambian las pendientes. Después de decidir, hay que hacer, con convicción, mirando hacia adelante, y no hacia el costado añorando el camino que uno deja. NO. No está permitido mirar para atrás ni a un lado, solo hacia adelante, al objetivo, que es crecer e ir atesorando gente querida en el camino, porque no somos mas que las sonrisas que nos recuerdan después de partir.
Después del accionar se entra en un ciclo de chequeo constante, en el cual uno verifica el peso y la incidencia que tuvieron sus acciones a lo largo del proceso, las retoca y las reaplica, las vuelve a chequear, y así, se aspira de a poco, a una mejora continua.

Llega un momento en el cual el ciclo repetitivo se rompe, y entramos en la etapa de contemplación, de cierre, donde ya no hay nada mas que aplicar, donde revisamos lo aprendido, lo tomamos como propio y nos retiramos, hacia metas mejores, hacia mayores desafíos.

De Agira no me llevo una planilla, ni un procedimiento documentado, ni siquiera se si en unos meses me voy a acordar del funcionamiento de un compresor, o del diagrama de flujo del gas. Cilindro, Radiador, Separador. y al final CARS, Cilindro, Amortiguador, Radiador, Salida. Gracias Adri, por las reglas memo-técnicas.

De Agira me llevo el recuerdo de la concha de la madre del puto Bonoris. Me llevo las risas matutinas, el mate tamaño shot de tequila de Pato. El maletín de Roberto, el buenas tardes de Roberto. Llamamelo al Pelotudo de Freire. Las comidas en lo de la vieja. Los " Javi, tus viejos , eran primos?" pregunta a la cual vale responder con otra pregunta, que claramente era:- "Carlos, vos sos hipertenso?". Hay algo mal que no está bien. Me agarra un ataque de caspa. Aparantemente la rayita es el hueco. Vamos a ahorrar 500 u$s en la válvula y vamos a gastar 7000 en ir hasta Rusia a cambiarla. Esta murga se las pica. Lo que pasa es que la banda está borracha. El  dedo de Juane. Hay que aflojar con el fernet a la mañana muchachos. Las aceleradas de Rossi. Bum bum, segunda larga booooooooom. Al rulo, al caniche toy. "Tio, tenemos que hablar que no me alcanza la guitarra". Que te pasa? Gil de mielda!. Entendiste Atila? Si...cómo era?? Y tantas otras cosas que me vienen a la mente cuando busco reirme sin que nadie lo sepa.

No me llevo las iras, ni los disgustos. Eso es lo primero que se olvida, como si el cerebro tuviese una suerte de mecanismo de autoboicoteo para que extrañemos lo que dejamos, olvidando lo que nos hacía mal y recordando solo lo bueno. De alguna manera algo hicimos bien, porque el tamaño de buenas memorias excede por escándalo a los momentos de angustia.

A ustedes, que me acompañaron desde el primer día, les deseo coraje, coraje para entender que este lugar no es una cárcel, que hay mucho mundo ahí afuera esperando a ser vivido, y que nosotros somos corazones libres.
Les deseo sabiduría, para comprender como dejar los problemas de Agira en Agira, cosa que me costó mucho tiempo, pero creo haberlo logrado en un porcentaje.
Les deseo cariño, para que se quieran entre ustedes, que son lo mas grande que tiene esta empresa, la gente. Y les deseo paz, mucha paz para que la frecuencia cardíaca no los afecte como a mí, cuando la violencia era inminente en los pisos de la planta.

Recuerden siempre, que son Argentinos (salvo por un par), y el himno nacional decía:

A vosotros se atreve, Argentinos.
El orgullo del vil invasor,
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener.
A esos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.

Entonces hagamos eso, en alza a la opresión, levantemos la mano, discutamos, busquemos el choque, no seamos conformistas. Afrontemos los cambios, corramos riesgos, que hay mucha vida por vivir todavía. Como dije siempre, una vida sin valentía, es un infinito camino de vuelta.

Estoy muy seguro que el universo nos va a volver a cruzar, y cuando lo haga, bienaventurados seremos todos, que nos encontraremos mas vivos, mas fuertes, mas felices y mas unidos.

Los voy a extrañar mucho.

Un fuerte abrazo,
Facu.

Viernes 13

domingo, 15 de abril de 2018

Cuando las palabras exceden al propio vocabulario,
cuando queda todo por hablar,
cuando el tiempo tira al mismo tiempo para abajo,
cuando el horizonte se empieza a doblar.

Cuando la pena ya no vale la pena,
cuando el domingo dura un partido de ajedrez,
cuando es eterno el corazón que condena,
cuando es viernes trece, otra vez.

Cuando la resaca se acuesta conmigo,
cuando el sol débil ya curte la piel,
de ese tiempo que anda sin riel,
que cae dulce sobre el basto castigo,
que no tiene  perdón de haberme dolido,
ni autorizado está por la real academia,
así y todo, se duerme y te sueña,
como esperando por magia el olvido.
Ay corazón que he vivido!
sin santo, sin manto y sin dueña.

Cuánto hace falta pregunto
para olvidar abriles en el florero
para dejar las alas sin vuelo..

Lluvia

jueves, 12 de abril de 2018

Y es que las gotas de lluvia sobre el techo recrean, tienen memoria.
El agua cuando golpea , trae, como el viento, a mí, una serie de recuerdos míos, tuyos.

Fue una noche de invierno, crudo, antes de que te vayas. El frío era de los que hacían estragos en las articulaciones, y nosotros, recién salidos de la ducha, nos apuramos a meternos en la cama.
Siempre me gustó eso de tocarnos un poquito los pies por debajo de la sábana, cuando todavía no estaban transpirados, cuando nuestros cuerpos todavía acarreaban la placidez de la ducha, el calor seco.

Los huesos se acomodaban en la cama, grande, y todavía fría. Vos me dabas la espalda, nosotros te abrazábamos y sentías, por primera vez en el día, que nada te podía lastimar.

Esa noche, minutos después, se largó a llover.

La lluvia, que tan desvalorada está, es agua cayendo del cielo. es AGUA cayendo del CIELO. La lluvia es un milagro y nosotros, tan cortos, tan terrenales, que andamos quejándonos.

Cuando las gotas empezaron a golpear el techo, yo empecé a enloquecer. No podía tener fuerte la soga que nos ataba, el ambiente me generaba una excitación incontrolable. Mis receptores nerviosos se percataron del gran porcentaje de tu cuerpo pegado al mío, y vos también te diste cuenta de que sola, con cada gota, buscabas que alguna parte tuya que no estuviese tocándome, lo haga en ese momento.

Se dio vuelta, me besó, lento, con ese calor seco que todavía existía. todo fue calma, y después, descontrol. En minutos se desató un infierno forestal que desarmó la cama. La habitación, a puertas y ventanas cerradas, subió de temperatura, los vidrios se empañaron y se hizo la voluntad de todos y cada uno de ellos entre las cuatro paredes del purgatorio. Volaron llantos, fuerza, pasión, un desenfreno sin final de espasmos hasta que todo por fin terminó, y yo no pude escribir mas.

Me encontré con una cama toda desarmada, las sábanas en el piso, el cubrecama en un rincón, junto con mi ropa interior. El aire viciado, pesado, la luz tenue de la lámpara del escritorio. Ella tendida en un costado, casi fumando un cigarrillo. Yo arrodillado sobre el colchón, intentando reconocer lo que hacía una hora había sido mi habitación pulcra, fría, pacífica. Cómo se había convertido ese lugar de paz en la antesala del infierno? tan rápido? tan desalmado.

Ya no llovía, había humedad, al abrir la puerta de la habitación entró ese frío perfecto y descubrí que había aire después de la muerte, que no todo estaba perdido.

Me duché, pero no fue lo mismo.

Me lavé los dientes, me puse el bucal y me acosté junto a ella. Llovía de nuevo.

Apenas una parte de mi cuerpo la tocaba, todo mi demás no quería estar cerca, no la quería ahí acostada conmigo. No estaba tan cansado, ni agitado. No me gustaba el clima que había en la pieza, ni las ventanas empañadas, ni la lluvia. La lluvia que no me calmaba como siempre lo hacía.

Sentí que la había perdido, no a ella, sino a quien abracé horas atrás, con quien pensé poder estar así toda la noche, en plenitud y serenidad. Que en este momento, en ese momento ,en el que ya fue tarde, ya se había ido de mí. Otra vez un corazón sin voz, sin vos. Cansado de gritar.

Y así es que sucede, como a veces,entre otras cosas, la lluvia recuerda la ira y la lluvia, recuerda la calma.