De aquellos besos

miércoles, 21 de marzo de 2018

Hoy lo sentí de nuevo, igual que ayer.

Lo o la sentí. Esa sensación tan placentera, que duró un segundo, como un delta de Dirac.


Sentí la paz y plenitud plena, combinada con el frío de este verano (porque a fines calendarios ayer fue 20 de marzo y todavía era verano).



No les sucedió nunca eso de ir caminando por ahí, totalmente concentrados en la nada misma, en una historia corriendo por la cabeza, en una canción, o mirando las nubes, escuchando las flores moverse con el viento?

Fue algo así.

Por aquellos años, tal vez 2010, 2009, tal vez antes.

Me encuentro pleno, mirando al cielo, un cielo muy celeste con algunas nubes, perfectamente dibujadas. Plena luz de un mediodía despejado. El frío perfecto para estar con un buzito.
Las calles amplias del barrio, con la misma luz penetrando en cada pared, por las ventanas, y yo, por la vereda, tomando una gran bocanada de aire fresco.Inhalo,  aguanto, exhalo . :-" ahhhhhh. Que lindo día carajo! ".

Es algo así la sensación. me veo en primera y tercera persona, barajando una paz impensable, encontrando la belleza en los jazmines que se asomaban por encima de una medianera. Me encuentro una vez mas, pleno, con mi mismo. En ese momento hasta donde yo se, no éramos todos los que somos; o bah, estaban ahí , solo que no charlabamos tan abiertamente como lo hacemos ahora, o no muchachos?.

La sinapsis neuronal supongo que era la misma. En esa época no trabajaba. Era pura educación. Mas no así los receptores nueronales, esos si estaban a flor de piel. No había droga en el sistema. no había whiskey, no había tanta noche, y mucho menos, no había pasado ella por estas manos.

Ayer, hoy, marzo 2018, lo volví a sentir, por un segundito. Ese 2010 2009, tal vez antes, que vino a mí como un rayo cuando cae en el medio de un descampado. Me sacudió con la suavidad de una hoja seca de árbol viejo que cae en el pasto del otoño que se avecina, así , como quien se va y cierra la puerta sin hacer ruido, pero que al irse deja un dolor terrible. Con esa ambigüedad me dejó.

Habrán sido siete segundos y medio, en total y para mi es mucho. Mi cerebro habrá visto o escuchado algo que lo asoció a una cosa y esa cosa a un recuerdo y ese recuerdo a otra cosa y me llevó, como un dominó que cae por decantación , a esa memoria de felicidad y paz plena.

Osea que es posible?

Qué cosa?

Viajar en el tiempo.

Ah, claro que es posible.

Pero hay algún tipo de manual? o set de instrucciones?

Hay algunos pasos a seguir, y también hay restricciones.

Por ejemplo?

Y, por ejemplo solo podemos viajar a lugares donde físicamente hemos estado, es decir, no podemos ir a lugares pasados donde no estuvimos, por el problema de encontrarnos sin querer con nosotros mismos desde lejos. en efecto, solo podemos revivir momentos del pasado, pero no vale cambiar el accionar.

Ah, eso solo?

No, tampoco podemos quedarnos mucho tiempo allá, hace mal, por razones desconocidas siempre hace mal mirar mucho para atrás, nos deprime, no es productivo.

Algo mas?

Una última cosa, si vas para atrás, está terminantemente prohibido hablarte a vos mismo.

Y entonces vos de dónde me estás hablando? Si no sos un tiempo presente, claramente sabés cosas que yo no se.

Nunca te preguntaste si entre las voces que escuchás ahora y las disociaciones de tu mentalidad no hay alguna o algunas que tal vez, solo tal vez, hipotéticamente vengan del futuro y te hablan para cuidarte?

Obvio que me lo pregunté. vos sos la respuesta?

Y. las reglas están hechas para romperse,  y vos, bah, nosotros, nunca fuimos muy obedientes.

Pará! no me dijiste cómo vuelvo para atras!

Jaja, ya lo vas a descubrir Facundito...










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DIEZ CONSEJOS PARA EL NIÑO POETA

jueves, 15 de marzo de 2018

De Hernan Casciari.


El otro día mi hija me preguntó cómo había que hacer para escribir una poesía, y entonces le improvisé un reglamento de diez pasos fundamentales. Le dije: «Nina, escuchá muy bien este decálogo para ser poeta». Si tienen hijos, nietos o sobrinos en la edad de la inocencia, pueden arrimarlos al monitor.

I.

Hay que empezar por el principio: cada oración de una poesía se llama «verso». Después de cada verso bajá un renglón. Un grupo de cuatro versos se llama «estrofa». Después de cada estrofa bajá dos renglones y suspirá como si te doliera la panza, o como si hubieras comido huevo frito de noche.

II.

Para escribir una poesía nunca tengas el pelo demasiado limpio. Si hoy te bañaste, sentate a escribir mañana. No escribas una poesía después de ducharte porque te va a salir un cuento o un dibujo o un formulario de responsable no inscripto de la AFIP.

III.

Prestále atención a las sílabas, pero no a las sílabas que te enseñan en el colegio. En las poesías las vocales tienen un imán. En la frase «pasa el tren» no separes «pa-sa-el-tren». Separá «pa-sael-tren». Y ojo: cuando una vocal tiene acento pierde el imán. Por ejemplo, «ha-bí-au-na-vez».

IV.

Con los zapatos puestos te puede salir una poesía más o menos. Si llevás solamente medias, o si tenés puestas pantuflas, te puede salir una poesía muy buena. Si estás descalza te sale una poesía excelente. Pero si estás en patas sobre el pasto te va a salir la mejor poesía del mundo.

V.

La poesía más fácil de inventar tiene ocho sílabas por cada verso. Por ejemplo: «Es-ta-ba-la-Ca-ta-li-na». Pero si la última palabra es aguda tiene que tener siete sílabas, no ocho, por ejemplo: «sen-ta-da-ba-joun-lau-rel». Si te acordás de esto, ya casi casi sos poeta.

VI.

Las poesías se escriben en papeles sin renglones, con lápiz negro y con la goma de borrar a la derecha. Nunca escribas poesía en hojas cuadriculadas, ni con birome, ni mucho menos en la computadora. Al que escribe poesía en la computadora dios lo castiga, y en vez de una poesía le sale una canción de Miranda.

VII.

Una poesía es más recordable si el primer verso rima con el tercero, y el segundo rima con el cuarto. Para que dos versos rimen, tienen que ser parecidos en la penúltima sílaba, y tienen que ser igualitos en la sílaba final. Por ejemplo: «pe-lo-ta» y «ri-co-ta» riman. Pero en cambio «pe-lo-ta» y «biz-co-chue-lo» no riman.

VIII.

Un verdadero poeta se la pasa cazando frases de ocho sílabas en cualquier conversación. Si tu mamá te dice «¡Cuando te agarre te mato!» vos respondéle: «Muy bien, madre, has hecho un verso de ocho sílabas poéticas». Después salí corriendo antes de que te alcance.

IX.

Las poesías no tienen un largo determinado. Pueden tener una sola estrofa, o tres estrofas, o cincuenta estrofas, o las que vos quieras. Te das cuenta que llegaste al final de una poesía cuando escribís el último verso de una estrofa y sentís que te duele la panza en serio, que estás en patas de verdad, y que tenés el pelo más sucio que antes.

X.

Último consejo: no empieces a escribir poesía si todavía nunca abriste los ojos abajo del agua, si nunca gritaste abajo del agua con los ojos abiertos. Tampoco empieces a escribir poesía si nunca te quemaste un dedo, lo pusiste abajo de la canilla de agua y dijiste: «¡Ahhh! Esto es mejor que no haberse quemado nunca».

14 de Marzo

miércoles, 14 de marzo de 2018

Hoy Murió Stephen Hawking.

No es suceso menor.




En aras del ensayo, se acerca abril y tengo miedo. No se si es miedo. Es en realidad lo que siento, a los mecanismos internos de la memoria comenzando a hacer fuerza, para ver si todavía funcionan, cual engranajes. Detrás del óxido, del polvo, de la ausencia de luz en ese rincón, se esconden los abriles que pasaron y olvidamos, que enterramos bajo capas de otros recuerdos, de otras tierras.
Se acerca abril y tengo miedo, de que sea como todos, catastrófico.

8 DE MARZO

viernes, 9 de marzo de 2018

La tranquilidad invadía mi cuerpo un día muy calmo en florida, rondando las 19hs, hasta que los ví.
En ese momento, como alguien que ve pasar a dos muchachos caminando, no supe (y no tenía por qué saberlo) con quienes me estaba cruzando, claramente, por supuesto que no, y seguí caminando por una de las calles cercanas a la clínica privado modelo que queda sobre Roca.

Sin perder ni la paz ni el ritmo, con mis auriculares puestos, seguí caminando, admirando la belleza del sol que se entrelucía por las hojas de los árboles, que seguramente algún ensayo de todos los que están escritos en este blog ha sabido describir con mas plenitud, con mas energía.

Todo pintaba bien aquella tarde, la vida me sonreía.

Si bien pasaban saludando por mi mente pensamientos sobre los estudios, sobre la familia, sobre algunos problemas con mis amigos, no se detenían, saludaban y seguían, no había por qué interrumpir las quietas aguas de ese día en particular.

El almuerzo, si bien había sido apresurado, me había caído tan simpático, que no tenía ganas de enojarme con nadie.

Se acercaban las 19 en punto, el sol era naranja, había olor a jazmín.

En la calle no había nadie mas que yo, y me percaté de ello hasta que fuimos tres de repente. Los dos muchachos con los que me había cruzado, habían girado en la esquina que tenía por delante, es decir, yendo derecho veo como entran en escena por la izquierda, uno con su mochila, otro con su bolso, a unos 20 metros estaban de mí.

Mi cerebro hizo una cuenta rápida y no había razón geográfica para que aparecieran de esa mano, en esa dirección, salvo que se hayan olvidado algo, pero no tenían pinta de ser gente olvidadiza. tampoco tenían mas de 25 años, calculé en un primer vistazo, pero como no veo bien de lejos, no pude acertar tanto el temita de la edad.

La cuenta quedó ahí, yo me enderecé un poco y afirmé el paso, actué natural. Pasé por al lado de ellos, yo seguí, ellos también, listo el pollo, aquí no ha pasado nada.

A veces uno piensa mal de la gente, al pedo, pensé para mis adentros. Tenían pinta de chorritos, me reí internamente por el prejuicio nacido y muerto, y me dije, no podemos ser así con la gente. Pero bueno, fue un pensamiento, tampoco le hice mal a nadie.

De pronto, una camioneta blanca, tipo trafic, con pocas ventanas, frena de golpe bloqueando la senda peatonal imaginaria de la esquina por donde yo iba a cruzar metros adelante. No la vi venir a la chata porque no había llegado todavía al cruce, entonces mi lado izquierdo seguía tapado por las casas. La camioneta además vino de contramano, clavó las guampas cual película de acción. Se bajó el acompañante, un tipo alto, pero no tan alto, digamos metro 80, sin guantes ni nada, pantalón negro, campera de color medio verde extraño, pelo con algo de rulos. Me saqué los auriculares.

Al primer segundo pensé que había quedado en medio de un asalto, pero cuando vi, casi en cámara lenta , por debajo de la extensión de mi mano derecha en diagonal hacia el lado de la calle, el bolso, el mismo bolso que había visto hace segundos , tirado en la vereda ,supe, que venían por mí.

No terminé de girar cuando uno de los dos flacos que había visto me puso un revés en el estómago que me dobló, tocí, se me cayeron los auriculares de la cabeza, pero seguía el cable atado al teléfono, que estaba en mi bolsillo.

Después del golpe no me acuerdo mucho, pero seguramente me subieron a la camioneta. No sentí nada, ni miedo, ni incertidumbre, era puro desmayo. Mi teléfono había quedado en la calle, eso era un hecho. Sabía que si era un secuestro, alguien lo iba a encontrar, y como mi hermano entiende de cosas tecnológicas seguramente ya lo estaba rastreando y a partir de ahí iban a contactar con la municipalidad para ver las cámaras de las calles e intentar triangular mi ubicación de alguna manera. que se yo, me tranquilizaba pensar en eso por un minuto para no perder la cabeza.

Hacía algún rato mi vieja me había preguntado por dónde estaba y le contesté:"- cerca de la clínica". Avisá cuando llegas, me dijo. Como siempre.


Era una pieza hecha de paredes de ladrillo a la vista y cemento mal puesto en donde me tenían. Si mi viejo hubiese visto ese revoque seguramente hubiese puteado, porque no se puede ser tan desprolijo.
Por suerte no me violaron, pensé, hubiese sido fatal. Mira si salgo de esta, altisima vergüenza contarlo, volver a relacionarme con la gente después de eso, a parte violación, a alguien como yo, con mi vida social, sería directamente un suicidio. impensable.

Hambre no tuve, de hecho no me acuerdo cuanto tiempo estuve ahí, se que no fue mucho. Tampoco frío, de hecho hacía mucho calor de pronto, y ahora que me acuerdo, dos mediodías habré estado seguro. Uno pierde la relación tiempo espacio cuando está mucho tiempo adentro del mismo lugar.

A los dos flacos no los vi mas, tampoco al de la chata, hasta que un día enloquecí, extrañaba a mi vieja, a mis hermanos, no había hecho bardo hasta ese momento. Entonces arranqué a gritar, con furia eh, para que me escuchen.

Entró uno de los wachos, el otro estaba sentado afuera jugando a la play, lo vi por el pedazo de puerta que corrió el primero para entrar, y me dije, que raro no haber escuchado nada todo este tiempo. Seguramente estoy en una villa. Se notaba, el flaquito de la play estaba en cuero, todo tirado, las cosas acomodadas al quilombo cual tetris, había olor a encierro pero también a potrero.

No digo que no me pudo haber pasado esto de la mano de tres tipos de la horqueta, pero a mí me tocó esto, no discrimino, solo que es lo que es, y así se debe contar.

El flaco me puso la mano en el cuello, no me desató para nada, y no supe entender, cómo era atraído por mí, con toda la desesperación que me corría, pero así fue, sentí la erección del chabón en el hombro, imaginate como estaba, lejos de ser un tornado de ira, sufrí miedo, un miedo terrible para el que no nos preparan. Alcanzó a decirle al que estaba fuera de la pieza que le cierre la puerta porque estaba medio calentito.Esa noche me violó.







Unos días después, entre lágrimas, que no dejaban de brotar como cataratas desde aquel momento, mi hermano Nicolás abrió la misma puerta que había abierto el hijo de mil puta que me violó. se me abalanzó, llorando, diciéndome que todo iba a estar bien, me desató.

Salimos, era de noche, estábamos como en un tercer piso de la villa 31. Por donde pasé mil veces autopistas arriba y nunca me había imaginado de este lado de los ladrillos.

Se subió conmigo a un auto que no conocía, atrás, tampoco conocía a quienes manejaban.

En el auto Nico llamó por teléfono a papá, apenas subimos.

:"-Salimos viejo, está todo bien, vamos para casa. Le dijo.

Yo seguía llorando, pero en la paz de los hombros de mi hermano. cuándo había crecido tanto, pensé.


Llegué a casa, me abracé con mis viejos, no dejé de llorar hasta que subí como pude a la ducha de mi casa, me bañé. Ni comí. me fui a dormir.  No sabía ni la hora, pero dormí como dos días. Me dolía mucho el cuerpo, me dolían los golpes, pero estaba con mi familia.

Al levantarme lo primero que veo es un diario en la mesa que acusaba un triple homicidio en la villa 31. Al parecer se trataba de unos flacos que andaban secuestrando pibitas por ahí. las vendían en la villa por vírgenes. les daban mas plata que por los pibitos. También se llevaban adolescentes y hasta flacos de 30, no le hacían asco a nada, pero sobre todo secuestraban pendejas.

Los tenían identificados. Al tipo de la camioneta lo bajaron primero. Entró un auto a la 31 con algún tipo de permiso local para circular sin que lo baleen. Algo habían arreglado con el cabecilla de turno.se bajaron 3 personas, el cuarto esperó sin apagar el motor. Atrás había otro auto pero de ese no se bajó nadie.

Subieron las escaleras.

Abrieron la puerta y le pusieron un tiro en la cabeza, sin mediar palabra. al alto de la chata.sabían que él no me había violado, ya les habían pasado la data. Los otros dos que quedaron, sufrieron, les hicieron cosas impensables, ninguno hablaba, ninguno confesaba, pero ellos ya sabían quien había sido. El de la play no estaba ahí. estaban el de la camioneta, el que me violó, y un tercero. el de la play estaba conmigo, a una casa de distancia. Al grito de DONDE ESTA, DONDE ESTA, terminaron cantando. Uno de los tres que entraron era Nicolás ,salió corriendo con uno de los pibes. Ahí es donde vino y me sacó. El de la play no estaba cuando nos fuimos, se las arregló para escapar.

El tercero y último de los que bajaron del auto se quedó. Le puso tres tiros en el pecho al que no había sido, para que agonice un poco antes de morir, no se sabe si fue asfixia o pérdida de sangre, pero uno mas al cajón.
Con el que me violo se detuvo mas tiempo,tardó mucho en salir, los pibes se fueron bajo sus órdenes. cuando el salió lo esperaba la cana en la puerta. Cuando la policía entró a la casilla, encontraron tres cadáveres, uno con un tiro en la cabeza, otro con tres tiros en el pecho. El tercero estaba crucificado en el piso, con agujeros en las manos, en los pies, en las rodillas y la cara desfigurada. Presentaba cortes por todo el cuerpo y uno muy grande en la garganta,  que habría sido el definitivo.

Mientras, escaleras abajo, ya casi amaneciendo, se llevaban al autor del hecho en un patrullero.

Yo tuve suerte, capaz no hubiese sobrevivido a ese episodio. me salvaron a tiempo, pensé.

Ahora está todo bien, estamos yendo con Nico, Papá y Mamá al juzgado a ver como viene la causa, si todo sigue así, dice el pela que en dos meses esta afuera. Yo siempre supe que andaba en cosas raras, pero también sabía que si me pasaba algo, él me iba a venir a buscar.

Nico safó, antes de toda la movida ya habían arreglado para limpiarlo, pero alguien tenía que pagar los platos rotos.
En el diario de aquel 8 de marzo estaba la foto de mi hermano Facundo, autor intelectual y asesino. Así lo había definido el clarín.

Lo extraño, se que va a salir pronto. Lo amo y lo extraño.


Por favor, a todas las que lean esto. Tengan cuidado en la calle, no anden solas, se que los tiempos van a cambiar. Yo estoy bien, repito, tuve suerte, pero no se que hubiese pasado si el escenario era otro.
Ni una menos, por favor. Ni una menos.

(Meli , mi gamberra, está bien, y esto es ficción, pero no es nada alejado a nuestra real Argentina).