Escuché decir riced éhcucsE

jueves, 23 de febrero de 2017

La escuché a Mardreher escribir cada vez que un niño explota un globo en una fiesta yo vuelvo a llevarme las manos al corazón por si acaso.

Es inercia.

Hay palabras tan bonitas que uno olvida lo que son.

No es casualidad que a la autodestrucción le sobren enamorados y ya nadie crea en el amor.

Es tristeza.

Lágrima no tiene nada que envidiar a sonrisa.

Felicidad es simplemente una palabra fea.

De la que nadie quiere escribir.
A la que da vergüenza desear.

La vida es un regalo en el que disimular constantemente esa mueca del; gracias, pero no me gusta.

Sigo viendo una canción en cada pareja que no ha dejado de esconderse para versarse sin que les vean.

Tengo ese aburrimiento clásico del que está seguro que ya se ha leído todo lo que no está escrito.

Me muerdo de sueño.
Me desangro de insomnio.

Llevo el ritmo en las venas que se cortó alguien.

Hay más partes mías donde falto.

Me duele la espalda, quédatela pero no me la des.

La ausencia es el lugar donde habitan las alas de todos los pájaros en mano.

Conocí a una niña que decía que lo triste no era que no supiésemos volar, sino que nunca hubiésemos querido intentarlo.

Me costó veintidós años caer para contarlo. Siempre fui una chica tímida.

Me han dicho que te han visto hace poco
que cada día que pasa estás mas lindo.

Te entiendo, podes llorar tranquilo, yo también estoy de muerte.


...escuché a MarDreher escribir.

Que no es ninguno

martes, 21 de febrero de 2017

Todo empezó cuando escribí " Hay uno de nosotros que quiere verte y hay otro que no...los demás se mantienen neutros, al costado, viendo como entre nosotros nos matamos".


Es esto así de real y fuerte?

A veces me gusta imaginar que todos ellos son una creación suprema de mi subconsciente, que fueron personificados a fin de mantener, dentro de la locura, esta sanidad mental para no volverme loco.
Capaz no existan. O bueno, en cierto sentido no existen porque son todas disociaciones de mi yo interior, que piensan a veces como uno, o a veces como varios. O en realidad soy yo que me conformo de ellos y no ellos los que viven de mí.

Tal vez fueron puestos ahí para ponerle una cara representativa a las decisiones que constantemente estamos tomando los humanos, a las opiniones, a los miedos, a los placeres. Puestos para recordar historias que tal vez para una cabeza sean mucho, pero para varias (que en realidad son una) no.

La verdad, cuanto mas me preocupo por pensar en eso, menos sentido le encuentro y menos los quiero. Cuando simplemente existimos los abrazo y los hago partícipes, porque como cuando le decís que no a un nene, pueden llegar a ser muy caprichosos.

Es lindo no estar nunca solo, ni cuando se está solo en serio se está solo realmente. Me has visto hablar conmigo mismo???


Entonces el doctor le pidió que haga una pausa, y que intente debelar por qué le había contado todo esto si lo único que le había preguntado era si quería un poco de café...



 No supo contestarle, tampoco se quedó helado ni nada de eso, simplemente en silencio, mirando levemente hacia la derecha, como esquivando sin querer la mirada.

Se produjo un silencio...

El espacio del departamento estaba decorado con una alfombra horrible (coloque su imagen de alfombra horrible aquí) sobre un piso de madera flotante no muy desgastado, nuevo, pero raspadito. El sillón era gris, tipo en L, de dos cuerpos mas el tercero que formaba la L, este último podía separarse si quisiese pero ambos lo encontraban cómodo allí.
Detrás del sillón había un espacio vacío, tipo pasillo, donde una persona podía caminar cómoda, inmediatamente una estufa empotrada en la pared y arriba a la altura de la cintura de un hombre parado, comenzaba una ventana, muy luminosa, con dos cortinas blancas.
Quién habría colocado esa estufa debajo de una ventana no? Pensó él.

El doctor casualmente estaba parado, llevaba pantalón de vestir marrón, camisa blanca y chaleco tipo pulover (nunca supe escribir pulowvvber). Medio calvo medio con pelo, y se acercaba a la situación con una taza de té que se había preparado para él, luego de haberle preguntado si quería un poco de café. Claro, mientras el jóven divagaba el doc no podía hacer otra cosa que prepararse un buen té mientras escuchaba lo que le decían sin ponerle peso a ninguna de las palabras, pero si con atención.
Sabía que sus pacientes se ponían nerviosos si lo veían caminar por la sala, pero no le gustaba estar sentado, entonces optaba por apoyarse en algún mueble, o de coté contra algún marco, ya se el que dividía la sala de estar del comedor o el que conectaba la misma sala con un pasillo que daba a otras habitaciones y al baño (primer puerta a la izquierda). blanca la puerta, de madera. Al igual que el pasillo, solo con un blanco acelestado oscuro con buena luz y una media columna que tenía un florero encima. (Florero que sorprendentemente nunca podía dejar de mirar y pensar COMO ES QUE NADIE SE LO LLEVO PUESTO TODAVIA, porque estaba ahí en el medio, amarillo. Me daba ira ese florero, tan campante siempre viendo todo, espectador de primera plana, sacandolá barata para todos los shows que pasaban por el diván).


A mí no me molestaba que el tipo se pasease por la sala, pero bueno, si el prefería estar apoyado en algún lado, qué le iba a decir, era su espacio. Lo que por ahí nos molestaba un poco era que esté parado, pero un poco nada más, por una cuestión de desventaja técnica si se llegaba a armar algún tipo de pelea, el que está mas alto siempre tiene mas chances de colocar un buen golpe respecto al que está sentado. Lo que no entiendo es por qué habría de pelearme con el psiquiatra.

El lugar tenía una buena araña que colgaba del techo, de las que me gustan, sin mucha cristalería, con lo justo, un éxito, le hubiese preguntado dónde la había conseguido, pero en una de las tantas charlas me comentó que se la había regalado una vieja tía y el se encargó de restaurarla y traerla a la época. No soy un gran fan de restaurar clásicos y "modernizarlos", pero habían hecho un gran trabajo con esa lámpara.

A diferencia de otros profesionales, éste no se jactaba de lo que sabía colgando diplomas encuadrados en las paredes. Eso me gustaba.
Lo que si había colgado en una pared de las laterales, era un cuadro, grande, como del tamaño de un lcd de 42" pero un poco mas apaisado, y no puedo recordar , por mas que lo intente, cuál era la obra que estaba allí pintada...

por qué no me puedo acordar?

Si tengo todos los detalles de la habitación, el piso, las texturas, la ropa del doc. Todo se congela.

Giro, miro el cuadro firmemente y no hay nada, está todo negro inmerso en su marco dorado marrón gastado roto. Lo miro al doctor, POR QUE NO PUEDO VER EL CUADRO???? le grito. El toma su té. no me contesta.

Nada de eso es real, me dice, mirando hacia abajo, con una leve sonrisa.

Miro el cuadro, lo miro a él, miro el cuadro, me paro de frente con las manos al costado de la pared gritandole al cuadro. POR QUE NO TE PUEDO VER.

Basta Facundo.exclama el doc por lo bajo.

POR QUE!!

Basta Facundo, te estás yendo de tu centro.

POR QUE NO PUEDO VER EL CUADRO?

Facundo, sentate NO ME SIENTO UNA MIERDA, sentate Facundo, por favor, calmate.

Aparece otro doctor, parecido, diferente en vestimenta pero acorde, con las manos vacías. Facundo Sentate por favor, te lo estamos pidiendo bien.

Y este de dónde salió?

Ahora son 3, no, 4. Por favor Facundo, dejá el cuadro que no pasa nada.

ME QUIERO IR.


Bueno andate. Sos libre de hacerlo, pero calmante.

Me paro, y veo que en la sala a mis espaldas estaba la ventana y de frente las dos divisiones, una para ir al baño y a las habitaciones, otra para ir al comedor. no había otra puerta. Encaro el comedor. corro hasta que termina y llego a la cocina. Sin puerta, Vuelvo, encaro el pasillo, primer puerta baño, segunda puerta habitación con un escritorio, una biblioteca pequeña, sin cama. y un armario que no debería estar ahí. nada. tercer puerta una habitación llena de cajas y bártulos, un piano todo lleno de polvo, una carpeta en el piso, nada mas. NO, por acá no. Me doy vuelta para encarar la cuarta puerta que ya por una cuestión de ubicación me imaginaba que me iba a llevar al comedor, pero me llevó a un armario pequeño con camperas, un paraguas, algunos zapatos viejos, botas de lluvia y una lamparita vieja colgando con un cordón para encenderla. Salgo de allí, DONDE ESTA LA PUERTA.

Facundo, calmate.

DONDE

ESTA

LA

PUERTA

se me endemonian los ojos y me empiezo a enojar, me enojo de encierro , de bestia apresada en jaula, aprieto los puños, que me contesten les digo.

el doc, el primer doc, toma un sorbo de té y exclama en voz baja nuevamente. No hay puerta Facundo...intentá recordar como llegaste acá....cómo entraste?...intentalo por favor, encontrarás la respuesta fascinante.

Y me pongo a pensar hasta que recuerdo que me preguntó si quería un poco de café. y antes de eso?? nada. NO SE, NO SE COMO LLEGUE HASTA ACA. Me desespero, con el pasillo a mis espaldas y con ira, con furia, mucha ira, no pierdas la cabeza no pierdas la cabeza no pierdas la cabeza, me voy hacia atrás y con el codo me llevo puesto el florero amarillo.



Pum, el florero al piso en mil pedazos , en el living de mi casa después de haberle dado con el codo, un segundo después de que mi hermano me haya preguntado si quería un poco de café.

No le llegué a contestar porque interrumpió el momento el ruido del florero amarillo haciendose mierda contra el piso y mi vieja gritando que pasoo!!!! Fui yo maaa, me llevé puesto el florero este de mierda...







Entiende doc por qué no podía ver lo que había en el cuadro?
Por supuesto que lo entiendo, vos entendés por qué no podías encontrar la puerta? me dice el doc mientras los dos sentados en el banco de una plaza vemos por una ventana como yo me peleo con dos personas en un departamento y al mismo tiempo estoy sentado en el banco de esa plaza , tomando agua con el doc y corro alrededor del rosedal y leo un libro tirado en el pasto, y toco el piano sentado en el comedor de mi casa...y vuelvo a juntar el florero amarillo, roto, del piso, sacudiendo la cabeza. Me preparo un café, siento en el comedor de casa y suspiro, a ver muchachos, "organicemonos".








Cielo

sábado, 4 de febrero de 2017

Hoy le salvamos la vida a un hombre.

Bernardo, 50 años. 


Scovenna, Bordoni, Popi, belu, Agus, Nahue, y después creo que casi todos hicieron algo también después de los primeros dos minutos que fueron los peores.

Si mati no me hubiese visto, si juani no hubiese escuchado a mati, si popi no hubiese pasado por ahí, si belu hubiese entrado en pánico, si Bernardo hubiese tenido el paro a la vuelta y no en donde nosotros estábamos. hay muchos SI que hubiesen hecho de este día una tragedia. Pero el universo tan perro nos ordenó a todos de tal manera causal, que hoy Bernardo vive gracias a nosotros.

No me regocijo ni me agrando, volvía en el auto y la piel se me erizaba de las sensaciones que vivimos en ese momento. Fue tenso, muy tenso, pero verlo irse en la ambulancia haciendo que estaba todo bien con el dedo, te hace sentir mas humano que nunca.

Cuando Bernardo tropieza contra el portòn interno y lo golpea, se escucha un ruido y lo veo levantarse del suelo. Se patinó, pensé. Entonces fui a ver si estaba bien. Se paró sin ningún escrúpulo...esta bien ¿¿ si si estoy bien, respondió....seguro?..si si , y sonrió. Hizo dos pasos y yo unos tres en la dirección contraria , confiando en su estoy bien...pero escucho en mi cabeza:


date vuelta y seguilo que me parece que el viejo perdió el sentido del paralelismo
qué paralelismo gil¿ no ves que se tropezó y ya esta bien¿
haceme caso lo que te digo ,date vuelta y seguilo
preguntale si esta bien
- ya le pregunté, dijo que si
obvio que te va a decir que si mamerto, vos tambien dirías que si
seguilo haceme caso seguilo seguilo seguilo


Esta bien señor, seguro ??
no me contesta, sigue caminando.


me le acerco y se da vuelta con los ojos para atrás. peso muerto en dirección directa al piso.
lo agarro, lo acuesto en el piso y lo veo a Scovenna que me estaba mirando y hábil lo llama a juani, quien viene, lo mira y al grito de no tiene pulso lo empieza a reanimar, traeme una colchoneta, vos llama a la ambulancia, traeme agua, hagan espacio, 1, 2 , 3 ,4 ,5 , 6 la colchoneta 12,13, 14
sigue sin pulso. Musculos duros, inmóvil
20
pensé sin desesperarme: puede que se nos vaya.
23-24 RESPIRA se mueve mira para todos lados
agua
tranquilidad, con el telefono en la mano agus pregunta qué edad tiene señor mas o menos
No no, mas o menos no , responde él. Tengo 50.

mas menos alguna cosa, vino la ambulancia y se lo llevaron.

Scovenna: Facu yo vi todo, le salvaste la vida.
Na, el que lo salvó fue Juani que lo reanimó Mati.
No Facu, si no hubieses estado ahí el tipo se rompía la cabeza y nosotros no nos enterabamos. Le salvaste la vida.
Todos se la salvamos mati. (nos chocamos las manos, con juani también , sin decir nada, sabiendo que habíamos ganado un pedacito de cielo).

Hoy mi psicosis le salvó la vida a un hombre, porque yo me estaba volviendo y ellos me dijeron: seguilo, volvete que este no está bien.

Esta bien, ellos son yo, lo entiendo. pero yo me estaba yendo, y ellos me hicieron volver. Me hicieron no entrar en pánico, organizaron todo, uno gritó ambulancia, otro colchoneta, otro lo acostó, otro agua, otro se encargaba que que mi cuerpo esté al 100, de que mis manos no tiemblen, de mantenerme enfocado. Hoy mi psicosis le salvó la vida a un hombre.

Esta es de ustedes muchachos. Los quiero.