Necesito escribir

lunes, 28 de agosto de 2023

 Cuanto tiempo sin vernos por un ensayo con estos tintes.

Pero es que escribir es exorcizar el dolor, hacer que éste se mueva del lugar en el que se encuentra (que por ahora es dentro nuestro) y ponerlo en un recipiente externo (éstos textos). De ahí en mas, cada uno a lo que guste, analizarlo o volverlo a tomar.

Como duele... a esta altura el enojo ya es angustia. Me ata la garganta y no puedo ni conversarlo. Es como un agujero negro arriba del estómago. Un sentimiento del tamaño de un planeta, pesado, áspero, resentido.

Pero quién soy yo para ir en contra de lo que el universo quiere? Después de todo, el pasado siempre nos vuelve a buscar. Hoy elijo perder, es lo poco que puedo decidir sobre esta tristeza. 


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36 horas después.

Ver el futuro tiene sus ventajas, ver el futuro tiene sus miserias.


Hay un momento en donde se cruza un punto de no retorno. Después de eso viene una decisión y luego todo termina decantando indefectiblemente al dolor. Lo único que separa a los sucesos  A,B,C, es el tiempo, pero todos los puntos de esta línea temporal ya están escritos.


Hoy ya pasamos el punto de no retorno y el momento de decidir. La decisión fue mía y el punto de no retorno fue atravesado por otra gente. Solo queda esperar el dolor.


No deja de sorprenderme la certitud matemática con la que se maneja el universo, con su balance, con su forma de enseñarnos. Claro está que ninguna acción permanece sin bendición ni culpa, sea cual fuere su distancia con el presente, todo en algún punto siempre se acomoda. Y en este acomodo a mí me toca sufrir.


Lo vi venir a contarme, con sus ojos brillantes, lleno de alegría y entusiasmo. Convencido de que su accionar fue el correcto, pues hablado estaba con anterioridad, el plan del evento que había sucedido. Sonriendo, de oreja a oreja, hacía mucho que no lo veía tan feliz.

El nudo en mi pecho solo me permitió abrazarlo y pedirle que por favor no me cuente. 

No comprendió, por supuesto, como no iba a querer saber yo sobre eso que lo hacía tan feliz; y claramente él no lo sabe, pero a mí me estaba destruyendo. Me destruyó desde hoy hasta ese momento, y así seguirá doliendo hasta que me olvide. 

Hay otra parte de la historia que se inundó en lágrimas, y me va a preguntar por qué no hablé antes.
Mi respuesta fue (será) : porque tenías que equivocarte para aprender como funciona la vida. Para encontrar el camino tenemos que perdernos,  y volver de ese camino frondoso, lastimados.