Dormir

jueves, 24 de septiembre de 2020

 Quiero que vengas a dormir conmigo, pero la verdad es que no estoy durmiendo casi nada.

No duermo, y no es porque no quiera...es porque no puedo.



Me paso el día desmayado, sembrando falsa energía con placebos descafeinados en el medio. Rezo cada vez que me subo a un auto, por no dormirme manejando. Y cuando llega por fin el momento de apagar la luz y acostarse, el sueño me abandona como la lluvia dejando al cielo en un chaparrón de verano.

Queda toda la calle mojada, vuelve a salir el sol, y lo que tarda en secarse es lo que tardo en dormirme.

Para cuando despierto, pasaron no más de cuatro horas, y todo vuelve a empezar.



No duermo, y no es porque no quiera...es porque no puedo.

Quiero que vengas a dormir conmigo, pero la verdad es que no estoy durmiendo casi nada.