A los pies de aquella lluvia de un enero que todavía no sucedió; me juraste a los ojos que me querías.
Al mismo tiempo todo tu ser estaba roto, y me juraste a los ojos... que me querías.
Qué tan grande habrá sido el dolor..que otra vez, el cielo llorando y nosotros lloviendo.
Cuántos rezos habrá tenido esa fe..para que no alcanzara a milagrar nuestros besos.
Sin embargo ahí vamos a estar, en una noche de verano atormentada;
A plenos besos, a puro dolor...llorando...lloviendo.