Ayer

jueves, 4 de mayo de 2017

Ayer me hablaron voces que no me habían hablado antes.

Así le quiero poner al ensayo, por más que hayan aparecido el lunes.


Sentía que muchas de mis personalidades eran mujeres, algo extraño, no loco, pero si extraño. Las vi personificadas reales en la mi cabeza, hablandome de las cosas que hice mal, diciendome que me había equivocado. Fue una situación un tanto extraña que nada tiene para envidiarle a un buen relato de cuentos de misterio.

Esta vez no supe quienes eran, en honor a la verdad...no lo supe. Tampoco me voy a perseguir, a todos nos ha pasado. Por suerte a los mios los conozco.

Una vez leí que el alcohol nos ayuda a matar los demonios que llevamos dentro. Ja!, carece de tanto sentido esta frase, pues si somos un infierno, el alcohol solo genera mas fuego.

Ayer, (y si, por ayer) , reprimí ira, una vez mas.

El ciclo de acumulación y expulsión es algo raro, y también en las capas del cuerpo donde se encuentra la ira almacenada. Varía todo con el tiempo. También varía la intensidad de los asuntos.

Desde una situación tan básica como que se te ponga en rojo un semáforo (en realidad todos los semáforos) hasta algo no tan simple como que te puteen para que corras tu auto perfectamente estacionado porque el puteante(?) en cuestión no podía dejar tirada su camioneta enorme en la subida del garage.

Y uno piensa...y dice:

Le rompo toda la camioneta, lo rompo todo a él para que aprenda, o no rompo nada, no digo nada, sonrío, reprimo, me voy a mi casa, llego mas temprano y no me meto en un quilombo. Esto último sonó a buen plan. Pero queda una amargura en el pecho que se va conviertiendo en fuerza.

Claro, el problema del ciclo es que al momento de levantar la barra ...esa fuerza desapareció, esa ira se convirtió en angustia, no está mas prendida fuego, está contenida en mi ser pero de otra manera, una manera menos productiva, mas horrible, negra, oscura, débil y dañina . Y entonces??

Entonces uno se para delante de la barra, y todavía sin agarrarla pierde la mirada en el horizonte, no ve nada, son dos imágenes de sus ojos en paralelo. Y visualiza, esa oscuridad, eso que siente arriba del estómago y abajo del esternón, el corazón latiendo a media marcha, los músculos débiles. visualiza toda esa oscuridad y la lleva al momento en el cual le dijeron: EH TARADO, E GIL, EH PIBE. La lleva al momento en el cual algo lo enojó. La lleva, se transporta junto con la oscuridad a ese momento, no existe mas en este lugar, está en otro lado, todo alrededor se apaga, todo alrededor se me apaga  y siento que lo oscuro se empieza a mover, como queriendo salir de mi pecho. Tomo la barra, me agacho, pienso, en todo y a la vez en nada, y cuando inflo el pecho para salir, siento como todo eso que estaba contenido se incendia como una hoguera desde lo mas profundo de las costillas, y exploto, como un huracán de fuego exploto, expulso toda la furia que reside en mis venas al son de un grito y un tirón explosivo que al finalizar me deja en paz por 2 segundos, porque es como volver de un coma.

Nadie sabe qué pasó, no se dónde estoy, ni con quien, solo se que a esa masa oscura le arranqué un pedazo. Sigue ahí, pero es mas chica. y yo, ya consciente del lugar y de quienes me rodean, sonrío. Tal vez por primera vez en el día.

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