Despedida

martes, 17 de abril de 2018

El viernes 13 de abril hice semi pública mi renuncia al trabajo en el cual estoy hace casi tres años. Quiero poner estas palabras a mis compañeros en este blog, porque se me olvidan los discursos y mucha gente dice que son bastante lindos y motivadores.


Dicen que el mundo es de los que arriesgan. Supe leer hace algunos años y me quedó esa frase grabada a fuego lento en las pupilas. El mundo es de los que arriesgan, y hacía eco dentro de mi cabeza. Todo proceso en general tiene la misma forma de desarrollarse, en el trabajo, en el estudio, en todo lugar nuevo al que vamos y en todo lugar viejo que dejamos. El principio de todo es la incertidumbre, prima hermana del miedo, porque el humano le teme a lo desconocido. El segundo paso es la aceptación, donde uno se percata del riesgo inminente que supone cambiar, lo reconoce, lo acepta. Luego viene la decisión, el momento clave, sin lugar a dudas, en donde tiemblan un poco el continente propio, donde hace ruido en serio, bien adentro del deseo. Esa decisión es el punto de inflexión de todas las curvas, porque de ahí para adelante cambian las pendientes. Después de decidir, hay que hacer, con convicción, mirando hacia adelante, y no hacia el costado añorando el camino que uno deja. NO. No está permitido mirar para atrás ni a un lado, solo hacia adelante, al objetivo, que es crecer e ir atesorando gente querida en el camino, porque no somos mas que las sonrisas que nos recuerdan después de partir.
Después del accionar se entra en un ciclo de chequeo constante, en el cual uno verifica el peso y la incidencia que tuvieron sus acciones a lo largo del proceso, las retoca y las reaplica, las vuelve a chequear, y así, se aspira de a poco, a una mejora continua.

Llega un momento en el cual el ciclo repetitivo se rompe, y entramos en la etapa de contemplación, de cierre, donde ya no hay nada mas que aplicar, donde revisamos lo aprendido, lo tomamos como propio y nos retiramos, hacia metas mejores, hacia mayores desafíos.

De Agira no me llevo una planilla, ni un procedimiento documentado, ni siquiera se si en unos meses me voy a acordar del funcionamiento de un compresor, o del diagrama de flujo del gas. Cilindro, Radiador, Separador. y al final CARS, Cilindro, Amortiguador, Radiador, Salida. Gracias Adri, por las reglas memo-técnicas.

De Agira me llevo el recuerdo de la concha de la madre del puto Bonoris. Me llevo las risas matutinas, el mate tamaño shot de tequila de Pato. El maletín de Roberto, el buenas tardes de Roberto. Llamamelo al Pelotudo de Freire. Las comidas en lo de la vieja. Los " Javi, tus viejos , eran primos?" pregunta a la cual vale responder con otra pregunta, que claramente era:- "Carlos, vos sos hipertenso?". Hay algo mal que no está bien. Me agarra un ataque de caspa. Aparantemente la rayita es el hueco. Vamos a ahorrar 500 u$s en la válvula y vamos a gastar 7000 en ir hasta Rusia a cambiarla. Esta murga se las pica. Lo que pasa es que la banda está borracha. El  dedo de Juane. Hay que aflojar con el fernet a la mañana muchachos. Las aceleradas de Rossi. Bum bum, segunda larga booooooooom. Al rulo, al caniche toy. "Tio, tenemos que hablar que no me alcanza la guitarra". Que te pasa? Gil de mielda!. Entendiste Atila? Si...cómo era?? Y tantas otras cosas que me vienen a la mente cuando busco reirme sin que nadie lo sepa.

No me llevo las iras, ni los disgustos. Eso es lo primero que se olvida, como si el cerebro tuviese una suerte de mecanismo de autoboicoteo para que extrañemos lo que dejamos, olvidando lo que nos hacía mal y recordando solo lo bueno. De alguna manera algo hicimos bien, porque el tamaño de buenas memorias excede por escándalo a los momentos de angustia.

A ustedes, que me acompañaron desde el primer día, les deseo coraje, coraje para entender que este lugar no es una cárcel, que hay mucho mundo ahí afuera esperando a ser vivido, y que nosotros somos corazones libres.
Les deseo sabiduría, para comprender como dejar los problemas de Agira en Agira, cosa que me costó mucho tiempo, pero creo haberlo logrado en un porcentaje.
Les deseo cariño, para que se quieran entre ustedes, que son lo mas grande que tiene esta empresa, la gente. Y les deseo paz, mucha paz para que la frecuencia cardíaca no los afecte como a mí, cuando la violencia era inminente en los pisos de la planta.

Recuerden siempre, que son Argentinos (salvo por un par), y el himno nacional decía:

A vosotros se atreve, Argentinos.
El orgullo del vil invasor,
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener.
A esos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.

Entonces hagamos eso, en alza a la opresión, levantemos la mano, discutamos, busquemos el choque, no seamos conformistas. Afrontemos los cambios, corramos riesgos, que hay mucha vida por vivir todavía. Como dije siempre, una vida sin valentía, es un infinito camino de vuelta.

Estoy muy seguro que el universo nos va a volver a cruzar, y cuando lo haga, bienaventurados seremos todos, que nos encontraremos mas vivos, mas fuertes, mas felices y mas unidos.

Los voy a extrañar mucho.

Un fuerte abrazo,
Facu.

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