RUTA

miércoles, 6 de febrero de 2019

Por qué me iría, a buscar la paz de la ruta?
Qué paz? inexistente.
Que carcel propia... la mente.






Quien mas sabe de todas las muertes, que aquel que estuvo ahí, observando, tomando nota. Siempre sentado a la derecha del padre, haciendo el papeleo, sellando, firmando, escribiendo.


Miró el mar, era fresca aquella mañana, no había sal en el viento y el café seguía caliente entre sus manos. Tampoco sol, solo nubes, cielo y nubes, azul oscuro, espejado contra el agua que se perdía en la lejanía, profunda, serena, como las costas del éste al amanecer, como la conjunción de la mansa y la brava. Esas horas son las del después, las del invierno, el frío en pleno enero, cuando todavía no hay gente en la playa y las gaviotas van y vienen despacio, sin ruido. Parece todo una película, un poema de Borges. Entabló entonces larga charla con la superficie, mirándose a los ojos estuvieron un largo rato, casi sin pestañar, entendiéndose, perdonándose.

Como nos parecemos, nosotros, la vida, el mar, la historia.

Nuestro cuerpo como el último metro de agua, nuestra mente con el fondo del océano, a donde no llega ni el propio océano, que desconoce sus profundidades mas latentes.

No sabía que lugar ocupaba él en toda esa plenitud. Los secretos de Altamar. Amar, Ata, mar, matar.

Miró el mar, como el que observa, inhaló el fresco a los pulmones y supo, que eran parecidos. Cuánta gente pone sus secretos en el agua?, físicos y mentales, evidenciales o retóricos. Cuántos cuerpos habitarán en el fondo? Cuantas lágrimas estarán mezcladas con la espuma, con las olas feroces que gritan y explotan, que chocan contra los acantilados y hacen ruido para expulsar todo lo que no pueden, que esbozan a la distancia todos las súplicas de los que se ahogaron y no fueron rescatados, de los que necesitan que los saquen de ahí.

El mar habla, solo pocos lo entienden.

Yo no me siento conectado con él, pero conozco gente que si, y acarrean penas enormes. Extrañan el agua y se sienten bien en ella. Son uno, es la misma frecuencia, pero pagan el costo de entenderlo y no poder contárselo a nadie.


Quien mas sabe de todas las muertes, que aquel que estuvo ahí, observando, tomando nota. Siempre sentado a la derecha del padre, haciendo el papeleo, sellando, firmando, escribiendo...escuchando todas las reuniones, pasando todos los documentos. Guardando todos los secretos...no por nada se le llama "Secretario" .

0 Yes,tell me :