HURACAN

martes, 31 de octubre de 2017

Sólo, desde la punta de un rincón de la oficina me mira, observa mi accionar de brazos cruzados, apoyado sobre una de las paredes y hace que no con la cabeza, se sonríe para sus adentros, se me acerca y al oído suave me dice:- "qué pasa Facundito ? otra vez enojado? cuánto tiempo sin vernos".

Lo siento ahora en el pecho, no desaparece de la parte trasera derecha de mi , sino que es plural, omnisciente en todos mis sentidos, y observa, como siempre, de brazos cruzados, desde un rincón u otro, negando con la cabeza y sonriendo levemente en afán de vencedor, con ese te conozco tan característico.

Qué querés?

Vos sabés lo que quiero..

No, no lo sé, andate.

No...(dice por lo bajo) cómo andate?..noo Facundito noo (con vos muy suave), yo vine para quedarme.

No te quiero cerca ni te necesito, vengo manejando esta paz muy bien, no hace falta que estés acá.

Ah pero yo siempre estoy acá, solo que si no te enojás, no hace falta que aparezca...pero hoy , oh, que casual, estas muy muy enojado, qué pasó? me querés contar?.

Si ya sabés que pasó, imbécil, me estás tratando de pelotudo? no te alcanza con hacerme hablar solo? ahora encima querés que te repita cosas obvias?

Bueno, entonces ahora que se que vos sabés y yo también se, todos sabemos, ay que lindo ! hagamos algo!, qué hacemos? qué tenés ganas de hacer?

No digas boludeces, te lo pido por favor.

Ay boludeces, yo? pero Facundito, tranquilo! te estoy cargando. Mirá, para que veas lo mucho que te quiero, me voy a ir, así podés arrancar tranquilo la mañana.

Te lo agradecería, me estás apretando muy fuerte el pecho y ya me está cayendo mal el desayuno.

Perdón, sabés que no quiero lastimarte.

Me podés soltar por favor?

Si, perdón.

Eh soltame.

Te dije que ya me iba.

Me soltas? por favor, dale.

Y se acercó a mi oído, desde mi oído, agarró mi corazón con una de sus manos y con la otra me corrió el pelo de la oreja, y suave , muy suave, psicopatón, dirigió su mirada , mi mirada, a la nada misma, visualizando la nada de las nadas, en blanco: A quién querés engañar Facundito? si sabés que no me puedo ir de acá, ni soltarte, ni callarme, porque sin nosotros no sos nada. El enojo solamente nos revive, nos hace arder, nos alimenta. Fijate que hermoso que al escribir esto te distrajiste, ya pasaron 35 minutos desde el gatillazo, desde que se re enroscó el esternón de la bronca cuando escuchaste esas dos oraciones que te hicieron enojar. Tanto quilombo? ya pasó corazón, tranquilo, ya va a llegar. No vale la pena enojarte ahora, pero eso si, cuando aparezca por acá, es todo nuestro.

No.

0 Yes,tell me :