Otra vida

miércoles, 29 de agosto de 2018

Hay otra vida, una que habita en San Telmo, cerca de Chacabuco y Av.Independencia.

El olor a cigarrillo mezclado con el final del café que quedó en el pocillo lo hace caer en que ya son casi las 19hs y el sol se oculta en el alto horizonte de la primavera (en donde digo alto porque los edificios suben la línea horizontal a un nivel ficticio, no real, desplazado en paralelo el nivel del mar, que es en efecto, por donde sale el sol , allá a lo lejos, en nuestro Río de la plata).

Provoco campanarios con la risa, y al fin ,te miro, y canto ...a media voz.

Sale, o salgo, después de dejar un cien bajo la taza y el atado de puchos sin nada adentro, a caminar por el sur. El aroma del calor de aquella tarde me recuerda a los jazmines de viejas primaveras, e instantáneamente caigo en la cuenta de las veces que nombré, en ensayos anteriores, al jazmín, en estos versos. Pero septiembre tiene eso, no trae las flores y la memoria.

Ese calor ya llama a la noche pero todavía es de día, transcurre un limbo. No se sabe si en este preciso instante están presentes al mismo tiempo el sol y la luna, o si por el contrario, están ausentes los dos.

Claro está que no desaparecen, que presentes están siempre, pero hablo de lo que se puede ver y sentir, parlo de presencias en materia de efectos.

Los rayos del sol ya no pegan, y la luz de la luna todavía no ilumina.

El sol se oculta inflamado, el horizonte fulgura.(Santos Vega)

Ese instante es de quienes se percatan. Es un cambio de guardia.

En esos segundos en los que la luna y el sol coexisten o no existen, el universo, que está jugando al ajedrez con el destino, se levanta para ir al baño, mientras el destino aprovecha para poner la pava en el agua. Dos tres minutos, ambos vuelven a la partida, ya renovados, para seguir charlando de nuestras vidas y jugando como dos viejos amigos que son.

Cómo va el día? te encargaste de lo de coso? te fijaste lo de allá? agarraste lo otro? qué hacemos con éste? y con aquel? , a éste dejalo un rato mas que se tiene que cruzar con tal. Eso de ahí no me está gustando, y así pueden estar toda la noche, hasta que el universo vuelva a ir al baño o hasta que se enfríe el agua del mate.

Entonces el horizonte haciendo estragos y yo caminando por Chacabuco en sentido a Corrientes, me deslumbro con la belleza de la ciudad y me acuerdo que me dejé, sin querer, una carpetita color marrón madera, con documentos adentro, apoyada en una de las sillas del bar. Pero claro, tan iluso, me senté en una mesa para cuatro, es decir, dos mesas de dos, contra la pared, apoyando la campera en la silla del frente, junto con la carpeta, y a la hora de salir ni me acordé de los papeles. Estaba tan ansioso por respirar el aire de las 19 que se me pasó por completo lo que descansaba en el rincón.

Vuelvo caminando, no eran muchas cuadras, tampoco me acuerdo cuantas había hecho ya, pero sabía que no eran mas de 5 o 6, no me ofusqué.

Cuando llego al bar, veo que la mesa aún estaba vacía, y avispo que la carpeta no estaba. Yo sabía que esa era la mesa porque estaba al lado del marco del pasillo que daba a la cocina.

Me acerco, como si por arte de magia fuese a aparecer lo que yo estaba buscando, tal vez en el piso, o o cerca, pero no fue el caso. Ahí me preocupé un poco, recién ahí.

:-"Yo a este tipo lo conozco". Escucho que dicen ,a unos dos metros de mí.

Me doy vuelta y el mozo, con la bandeja apoyada en una pequeña mesita y un codo arriba de la barra, ojeaba unos documentos con atención (los míos).

:-" Hola, buenas tardes" le dije.

:-" Qué haces pebete, qué son todos estos papeles?".

(me sonreí con cierta amabilidad)

:-" jaja mire señor, son solo datos, no son de su incumbencia, no se si se acuerda que usted me atendió hace un rato, bueno...esos papeles son míos. Me gustaría que me los devuelva si no es molestia".

:- si si perdón, acá tenés pibe..pero mirá que la dirección del tipo está mal.

:- Perdón?

:- Que la dirección del tipo este , la que dice acá en el papelito, está mal...

:- Em y usted cómo sabe eso? Lo conoce?

:- Claro que lo conozco, por eso te digo pibe. Éste barato venia todas las tardes, a la hora que viniste vos , a tomar un café. Pedía siempre lo mismo, de lunes a viernes, un doble, sin azucar ni edulcorante. Zapato caro, buena pilcha. Con el tiempo nos hicimos amigos. Bah, amigos, ponele que conversábamos, capaz de tanto en tanto se traía una percanta, pero eso era los jueves, no otro día.

Un día se bajó de un auto caro, pero caro caro en serio, a este sí que no le faltaba el morfi. Entró, todo agrandado, pidió lo de siempre, y antes de que le lleve el doble a la mesa, se levantó y se fue. Dejó una carpeta igual a esta en la mesa, dos de cien, y se piró.

No apareció por una semana, después volvió.

Empezó a venir cada vez menos, dos veces por semana, una vez al mes. Conversábamos, pero no como antes.

Al tiempo un tipo que venía también mas o menos seguido nos contó que a la hija la habían engatusado con algo de una agencia de publicidad y la habían enganchado para sacarse unas fotos. La pebeta fue creyendo que era un trampolín al éxito y resultó ser todo una cama. Eran tre´ tipo que alquilaban un derpa en recoleta, las llamaban para el casting y cuando llegaban las dopaban, las violaban y las grababan. Después las despachaban por ahí y les dejaban una copia del video. Si hablaban , el video se iba al internet ese que usan ustedes y las veía todo el mundo.

Un tipo serio el que nos contó. de guita. Había contratado una agencia de detectives y dieron con uno de los tres que estaban con el curro, y era el agradado que se cruzaba en el café todos los días. Claro, vino acá a buscarlo y éste ya no venía mas. Nos contó que tenían la dirección y todo, pero que cuando fueron era trucha. Nunca mas lo vio por acá.

Si me acuerdo de la calle, Reconquista 830 , acá cerca.

Recién cuando agarré tus papeles se me abrió la carpeta y vi la foto del tipo, me llamó la atención y me puse a leer. era una cara conocida.

No se por qué tendras estos pelpa pibe, ni me interesa, pero la dirección está mal. Yo una vez cuando terminaba el turno lo vi, pasó caminando , empilchado como siempre, y lo seguí. Se metío en un departamento, de la calle Uruguay, en algún lado tengo un papelito con la dirección.

(se mete atrás de la barra)

Tomá, acá está. Un par de veces, cuando tenía Franco, me iba a tomar un vermú a un bar que hay en la esquina, y lo ví salir de ahí. Así que , quién te dice, por ahí es ahí donde vive.

Siempre quise que el viejo de la piba esta se venga a tomar un café para darle el papelito que te dí a vos. Pero yo ya estoy grande y tengo dos presentimientos:

El primero es que éste viejito ya se debe haber muerto, porque después de lo que le pasó a la hija se desmejoró mucho, y no se si le quedaba mas del cuarto de hora.

El segundo es que todo pasa por algo, y ese algo me dice que vas a saber que hacer con ésto...






Entonces me fui del bar, ya eran como las 8 de la noche, se me había hecho tarde, pero todo pasa por algo. Si lo que el viejo decía era cierto, nos íbamos a mandar una gran cagada. Pero bueno, había tiempo para hacer las cosas bien.

Saqué el teléfono, mandé un whatsapp al grupo.

:" la dirección está mal. Tengo un dato nuevo. Nos vemos a la noche. Tiren todo para atrás.

Y encaré para retiro a tomarme el tren...


Hay otra vida en San Telmo...esa que habita en los limbos de la luna y el sol... el universo converge...y lo que tiene que suceder, sucede. En esta vida no hay tiempo que no se cumpla, ni deuda que no se pague.


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