Hablando del martes un lunes

lunes, 12 de noviembre de 2018

Es como querer tapar el sol con un dedo,
calmar ésta ira meditando,
olvidarte tomando..quedarnos tirados en el pasto.

El cielo esperando por llover y el olor a tierra mojada antepuesto a las partidas, a las huidas, al amor después del amor.

Suena Fito en el piano y el café caliente evapora un sentido de la orientación que nos desorienta, limpia y desordena.

Cuanta tragedia en el diario de hoy...

Por qué no te querés levantar de la cama? Si hace un día hermoso, hay que trabajar ,hay que estudiar! y se feliz! Pero no. No se quiere levantar, dejala en paz, dejala dormida, soñando.

Pero soñando no llega a ningún lado, NO ! pero se escapa, se escapa de este Buenos Aires que la quiere asesinar, de los hijos de puta sin  código que tiran a quemaropa, se quiere escapar, dejala irse.

No se puede vivir escapando, hay que pelear! pero con qué? No importa con qué, hay que vivir intenso, amar, darle vuelta a la rutina y hacerla nuestra, no de ellos.

Pero la tragedia.

La tragedia es la comedia divina.

Enardecidos vendremos los enviamos del cuerpo de Cristo a poner en marcha la obra divina de la creación y la destrucción, salvaguardandonos con el perdón de los pecados como herramienta para hacer que el suelo se tiña de rojo sucio, de la sangre de los hijos de puta que matan sin código, que roban, que violan.

Nos juzgarán mas adelante, lo sabemos y lo aceptamos, si el cielo no es nuestro lugar, pues que así sea, nunca lo fue. Al nacer uno sabe, en su ascendencia, quien manda en el corazón...lo sabe?

Seremos en realidad la herramienta de Dios para el divino plan de la salvación eterna? o seremos peones del Diablo? Quién sabe, si la violencia que sentimos es obra divina...si el amor que sentimos es obra de Dios, o es todo rojo? todo un invento?

Cuál es la ciencia cierta?
Quién nos da el derecho?
Somos parte de un universo o somos un universo en nosotros mismos?

Cuanta poesía, cuantos libros escritos, cuantos relojes.
Cuantas balas disparadas, cuantas cicatrices.
Cuantos tatuajes, cuantas lágrimas.
Cuantos besos, cuantos abrazos.
Cuantas noches de luna llena, cuanto vació.
Cuantos trenes, cuantas canciones.
Cuantos te quiero, cuantos te amo, cuantos te necesito.
Cuantos no te vayas, cuantos no vuelvas.
Cuanta violencia.
Cuanto dolor.
Cuanta resistencia.
Cuanto deseo.
Cuanto vértigo.
Cuanta lluvia.
Cuantas voces...

Que errático es el martes, el que está por venir, como la lluvia que está por llover. La profecía dice varias cosas, y entre ellas , que las balas y los besos vendrán un martes 13, que todo lo que no fue, será. Y todo lo que fue, se reescribirá.

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